Para mantener candente el tema de la basura espacial que orbita nuestro planeta y que ha llegado a niveles más que preocupantes, apenas comience el año 2012 recibiremos otro regalo espacial precipitándose a toda velocidad sobre nuestras cabezas, que esta vez será ruso, será radiactivo, llevará combustible tóxico y, como siempre, estará totalmente fuera de control y no se tendrá ni idea de dónde caerá.
La afectada en este caso es moderna, nueva y la más pesada de las que ha caído hasta ahora desde el espacio (13,5 toneladas): la sonda Phobos-Grunt que iba a viajar a Fobos, una de las dos lunas de Marte, y que por falla de uno de sus propulsores quedó atrapada en la órbita terrestre y se precipitará entre el 6 y el 19 de enero.
Uno de sus indicadores está cargado con cobalto -57, un material radiactivo, y sus tanques poseen como combustible nitrógeno teróxido e hidracina, ambos altamente tóxicos.
Como siempre, deberemos rezar para que la atmósfera terrestre se encargue de destruír la mayor parte del aparato, ralentice la velocidad de los restos que sobrevivan ( docenas de fragmentos de hasta 200 kilogramos de peso total ) y minimice la amenaza.
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