Ayer, los aficionados a la astronomía estuvieron en vilo observando cómo el cometa Lovejoy, hecho de hielo y polvo, se dirigía con rumbo de colisión hacia el sol, pero sin embargo, lejos de derretirse en el infierno, soportó las altas temperaturas y emergió triunfante con sólo un poco de daño.
El Observatorio de Dinámica Solar registró el notable escape.
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