sábado, 30 de abril de 2011

DISNEY NO ESTÁ CONGELADO...¿ O SÍ ?

PERDIENDO LA CABEZA POR ALCOR
La Criogenia es una de las pocas tecnologías especulativas y controversiales que sin embargo funciona comercialmente como si se hubiera probado su efectividad, la cual consistiría en el logro de conservar la vida de una persona ( o de su cabeza ) sumergiéndola en nitrógeno líquido a -196 ºC dentro de un sistema de congelamiento de apoyo vital que la conserve viable, tratable y recuperable en un futuro en el cual los avances médicos se encuentren en condiciones de curar enfermedades contra las cuales hoy son totalmente impotentes.
Cuando la Alcor Life Extension Foundation abrió sus puertas, estas posibilidades parecían una total quimera, ya que la cura de males como el cáncer y otras enfermedades terminales se consideraba una total fantasía ( tal vez de allí derivó el mito alrededor de Walt Disney, del cual nos ocuparemos un poco más adelante ).
Sin embargo, hoy día, en las puertas mismas de una Singularidad tecnológica que involucra nanotecnología, tratamientos regenerativos exitosos con células madre, entrelazamiento de materiales biológicos con electrónicos y otros espectaculares avances a nivel celular y molecular, se pueden vislumbrar como posibilidades potencialmente reales.
Esto no garantiza de ningún modo que los procesos utilizados para la conservación de la vida al momento de cada congelamiento hayan sido lo suficientemente avanzados como para lograrlo o lo suficientemente eficaces para soportar el paso del tiempo.

Pero en la criogenia, cosas como esta dependen de la “demanda” y nó de la oferta: Alcor vende humo de colores pero advirtiendo puntillosamente que es eso lo que está vendiendo. (imagínense cómo le iría a un vendedor ambulante de un tónico capilar para hacer crecer el cabello que antes de cobrar advierte al potencial comprador que no hay ni la más mínima garantía de que el tónico tonifique el cabello, menos aún que lo vuelva a hacer crecer, y que ni siquiera está seguro de que eso sea un tónico ). Sin embargo, cuando se trata de la posibilidad de no morir, la gente literalmente “pierde la cabeza”: no sólo están dispuestos a comprar, sinó a continuar pagando por una conservación “ad eternumm”.

Realmente un extraño negocio montado alrededor de fuertes anhelos humanos, como desafiar el propio destino, detener el envejecimiento, las enfermedades, el sufrimiento, e incluso la muerte.
Allopathic Cryogenic Rescue (Alcor) está asentada desde 1974 en Scottsdale (Arizona, EE.UU.) y practica la criónica, mientras la investiga y desarrolla, dentro de un marco legal especial ( y técnicamente un logro judicial brillante ) que no sería posible en ninguna investigación aplicable a personas con vida ( sólo se permiten las prácticas luego de finalizadas todas las investigaciones y pruebas médicas de efectividad y sustentabilidad ).Fundada en 1972 en California, llevó a cabo su primer crioperservación humana en 1976, y para agosto de 2005, contaba ya con 773 miembros aún con vida con todos los procesos legales y financieros requeridos para entregarse a la criopreservación, más 69 pacientes ya puestos en suspensión criónica.
Legalmente, Alcor no puede intervenir antes de que la persona sea declarada legalmente muerta, y una vez ocurrido esto, debe actuar a gran velocidad para tratar de conservar la información que codifica la memoria y la identidad de la personalidad dentro del cerebro, que filosóficamente hablando, constituye la verdadera frontera entre la vida y la muerte ( reconocido incluso desde el aspecto médico por muchos profesionales respetables ). Además, se sabe a ciencia cierta que bajo determinadas circunstancias es posible detener la actividad cerebral y luego reanudarla, aunque aún sea imposible evaluar la eficiencia en su normal conservación.
El proceso no es reversible en la actualidad, ni técnicamente ni legalmente: si en un futuro se vislumbrara cura segura para todos o algunos de los “miembros” de este extraño club, se debería llevar a cabo una presentación en Tribunales demostrando la factibilidad absoluta de la cura, sujeta a una contraevaluación del estado, y recién una vez que este marco legal estuviera acordado, se podría hacer el intento de reanimación.
Con semejante situación planteada, se genera también automáticamente ( para los que quedan vivos, claro ) una invitación permanente a quebrar la ley y hacer todo tipo de negociados tentando a parientes, profesionales médicos e incluso al propio paciente próximo a ser congelado.Veamos algunos ejemplos:
La tentación de ser crionizado ANTES de morir está siempre latente y aumentaría considerablemente las posibilidades del paciente de revivir saludablemente en el futuro. ¿Cuánto valdría un certificado de defunción que lo único que haría es anticiparse sólo unas horas a la realidad?
¿Y un suicidio consensuado para evitar prolongar sufrimientos? ( un suicidio que, en este contexto, quien lo cometería ni siquiera lo consideraría tal, como todo fundamentalista )
Precisamente, la compañía se vió involucrada en un nebuloso caso cuando un forense californiano denunció que uno de los clientes había sido asesinado con barbitúricos antes de que el personal de Alcor le quitara la cabeza. En su defensa, la empresa alegó que el medicamento se había suministrado después de la muerte del cliente y el caso quedó archivado ( es sabido que los casos se archivan cuando en los análisis forenses de oficio no puede llegarse a nada concluyente, y ningún familiar de la víctima insiste en investigaciones más profundas ).
Incluso corrieron rumores de que la mudanza desde California a Arizona llevada a cabo tan sólo unos meses después, estuvo directamente relacionada con este caso.
Otro nebuloso episodio tuvo como protagonista a Alcor cuando en 2003, la revista Sports Illustrated publicó declaraciones de un empleado de la empresa denunciando que se había intentado torpemente unas performaciones en la cabeza del famoso beisbolista Ted Williams ( aparentemente con intenciones ilegales de sustraer parte de su ADN para venderlo )rompiéndola accidentalmente. Alcor negó las declaraciones, y explicó que se trataba sólo de una rotura microscópica como resultado del propio proceso de congelación de la cabeza ( Williams fue el personaje más famoso que haya congelado la empresa y en su momento le hizo ganar popularidad ).
CONTROVERSIAS

Los crionicistas señalan estudios que demuestran que la circulación de grandes concentraciones de crioprotectores por el cerebro antes del enfriamiento puede prevenir la mayoría de las lesiones producidas por la congelación, preservando las delicadas estructuras celulares del cerebro en las que presumiblemente residen la memoria y la identidad.
Esto ha podido ser demostrado hasta ahora sólo con células, tejidos, vasos sanguíneos y algunos órganos de animales pequeños cuyo congelamiento ha podido revertirse.
No obstante, este es un tema que no preocupa específicamente a Alcor ( ellos NO venden eso ), cuyo objetivo específico es la criopreservación de la información básica del cerebro, que codifica la memoria y la identidad personal, supuestamente suficiente para prevenir su muerte.

EL PROCESO DE SUSPENSIÓN CRIOGÉNICA
En el quirófano durante el proceso actúan una docena de técnicos, cirujanos, y personal de apoyo.
Se coloca al paciente en una temperatura de 15°C o menor, para parar la circulación de la sangre un tiempo limitado sin dañar el cerebro y poder ganar acceso a los vasos sanguíneos mayores y conectarlo a una máquina de perfusión que sustituye gradualmente la sangre por una solución química crioprotectora que previene la formación de hielo.
Este proceso, supervisado informáticamente, lleva en total cuatro horas.
Este es un “Vaso Dewar “para criopreservación humana utilizado por la Alcor Life Extension Foundation. Es un recipiente aislado que no consume energía eléctrica y su mantenimiento consiste en el agregado periódico de pequeñas dosis de nitrógeno líquido para compensar evaporaciones.Está diseñado específicamente para albergar cuatro cuerpos completos y seis neuropacientes ( cabezas ) sumergidos en nitrógeno líquido a –196 °C.
DESMISTIFICANDO LA LEYENDA DE DISNEY
La popular leyenda urbana de que Walt Disney fue criopreservado es falsa; fue incinerado dos días después de su muerte y está enterrado en el Forest Lawn Memorial Park Cementery, en Glendale, Los Angeles, California, en un pequeño jardín privado a la izquierda de la entrada del Freedom Mausoleum.
No importa cuántas veces todo familiar directo de Disney haya repetido estas afirmaciones, no han sido ni lejanamente suficientes para mitigar la leyenda urbana: ésta insiste en que el genial creador del imperio que lleva su nombre permanece en hibernación, con sus funciones vitales suspendidas, a la espera de que se encuentre una cura a su enfermedad ( leyenda alimentada por dos libros biográficos especulativos y no muy bien documentados escritos por Robert Mosley y Marc Eliot ).
Alcor fue creada recién 6 años después de su muerte, aunque ya desde fines de la década del 50 se manejaban investigaciones relacionadas con la conservación de tejidos por congelación, por las cuales Disney habría tenido especial interés, según rumores nunca confirmados ( incluso desementidos por su propia hija ).
La leyenda se completa afirmando que el cadáver de Disney está almacenado en un compartimiento congelado en alguna parte de la Disneylandia californiana ( la cueva de los “piratas del Caribe” es la más frecuentemente citada ).

Quién comenzó esta leyenda no parece ser muy claro, aunque se menciona como la fuente más probable a un grupo de animadores del propio estudio con “un humor muy extraño” según un publicista de la empresa. El primer artículo que se escribió y publicó de este extraño rumor fue en el periódico francés Ici Paris.

Varios elementos y situaciones influyeron en la consolidación de este mito: Disney estaba incorporado en la mentalidad popular como un adelantado a su tiempo y se lo relacionaba con tecnología de punta a través de las atracciones futuristas de Disneylandia, tales como el monocarril, la casa del futuro, o el viaje a la luna.

A partir de la película “El Aprendiz de Brujo” ( inspirada aparentemente en la vida y obra de Edward Leedskalnin ) se lo relacionó también con el ocultismo, la magia y el manejo de fuerzas “sobrenaturales”.

Un libro que se hizo espectacularmente popular en aquella época también pudo haber contribuído con su granito de arena:La Perspectiva de la Inmortalidad” ( 1964 )de Roberto C.W. Ettinger, que planteaba el impacto práctico, legal, ético, y moral de congelar y luego reanimar a seres humanos.

Aseguraba que ya era posible preservar gente muerta sin ningún deterioro esencial e indefinidamente a través del congelamiento, a la espera de avances científicos que puedan revertir la condición y curar enfermedades incurables en el presente.Daba a entender que incluso nuestros “amigos del futuro” podrían reparar cualquier torpeza cometida en los métodos utilizados para el congelamiento ( la verdad es que al momento de salir el libro, ya había científicos trabajando seriamente en el desarrollo de la criogenia ).

Otra situación particular fue el secretismo con que se manejó siempre la enfermedad de Disney con la prensa: como muestra de botón, el día que murió se había informado que se había internado sólo para un chequeo de rutina, y además su muerte fue comunicada a la prensa recién 8 horas después.Tampoco se permitió públicamente el acceso a su última voluntad respecto a qué deseaba que se hiciera con su cuerpo. Se informó ambiguamente que su última voluntad era “no tener entierro” pero jamás se afirmó que deseara ser cremado.

Pero creemos que el impulso más fuerte y contundente se originó cuando apenas un mes después de la muerte de Disney, el 12 de enero de 1967, se anunció públicamente la primer suspensión criogénica, realizada al Dr. James Bedford, psicólogo de 73 años.

El grupo de profesionales que realizó esta hibernación estaban tan al alcance de Walt Disney como una taza de café: La Sociedad de Extensión de la Vida(LES) congeló al Dr.Bedford pocas horas después de su muerte con las intervenciones del Dr.Dante Brunol ( médico y biofísico ), Robert Nelsen ( presidente de la Sociedad de La Criónica de California ) y Robert Prehoda ( posteriormente autor del libro “Suspended Animation” ). El crioprotector con que fue inyectado Bedford ( DMSO ) era muy primitivo comparado con los actuales, por lo cual se duda mucho que su cerebro haya quedado realmente protegido.Su cuerpo, mantenido con nitrógeno líquido, fue varias veces trasladado, hasta que finalmente fue depositado en las instalaciones de ALCOR, donde permanece hasta la actualidad.

¿ORÍGENES ESPAÑOLES?
Respecto al orígen y nacionalidad de Walt Disney también existe una historia que llega incluso a rozarse con algunos de los guiones de las películas que produjo su compañía y que creemos digna de mencionar:
Disney habría nacido en realidad en Mojácar ( Almería, España ) bajo el nombre de José Guirao Zamora.

Su madre genética habría sido Isabel Zamora, quien trabajaba como doméstica en la casa del médico Ginés Carrillo, y este hijo habría sido fruto de una oculta relación entre ambos. Al quedar embarazada, ayudada por su amante huyendo de las malas lenguas habría terminado en Chicago, donde entregó a su hijo en adopción por no poder hacerse cargo de él, y fue allí donde Flora y Elias Disney habrían adoptado al pequeño. Respecto al apellido Guirao, no estaría claro si fue un casamiento de Isabel para ocultar las apariencias y evitar la deshonra o simplemente un apellido elegido al azar para poder bautizar al niño.

WALT DISNEY CUANDO TRABAJABA COMO CONDUCTOR DE UNA AMBULANCIA
En los años 40, la Walt Disney Company envió a Mojácar a tres investigadores para indagar los orígenes de Walt Disney, y certificados de bautismo y documentos eclesiáticos encontrados habrían confirmado esta historia y el orígen español del famoso productor.
Obviamente, los familiares y sucesores del doctor Ginés Carrillo están completamente en desacuerdo con la veracidad de esta historia y han declarado que están dispuestos a pasar por una prueba de ADN para “limpiar el honor” desmintiendo el insistente rumor…o tal vez con fines no tan altruístas sinó con los opuestos, para ver si pueden hacer algún reclamo sucesorio sobre un personaje cuya compañía factura 30 mil millones de dólares por año.

¿HIJO ADOPTADO CON RATÓN ADOPTADO?

Walt Disney nunca diseñó ni dibujó ninguno de los famosos personajes de su compañía ( aunque tampoco es cierto que no supiera dibujar ). Las ingeniosas campañas publicitarias de la época que lo presentaban constantemente acompañado por ellos o incluso interactuando, asociaron erróneamente a Disney con el dibujo creativo de los mismos, lo cual es totalmente incorrecto:

Walt Disney era un empresario con ideas brillantes, productor, director, guionista, animador, e incluso co-creador de las campañas publicitarias que mencionamos previamente. Hasta qué punto la magia y simpatía de los dibujos contribuyeron a su éxito es un tema controversial.( sus competencias de la Warner Bros., Universal y otras eran igualmente simpáticas pero nunca alcanzaron su trascendencia en el inconciente colectivo ).

Cuando la compañía notó que era inevitable la asociación de Disney como dibujante en la empresa y vió el enorme daño mediático que podría provocar el desencanto de la verdad, hizo un arreglo con el creador del Ratón Mickey, Ub Wickers, para que aceptara compartir la autoría con Walt y así se hizo creer durante muchos años, pero ahora se sabe que fue obra exclusiva del dibujante Ub Wickers, aunque Walt Disney le puso la voz y la personalidad a la animación durante 17 años.
El sagitariano Walt Disney fundó junto a su hermano Roy O. Disney, The Walt Disney Company, y dejó de trabajar en el desarrollo de Disneyworld en los últimos meses de 1966, cuando se le diagnosticó un cáncer de pulmón ( era fumador compulsivo y ya había tenido fuertes episodios de dolores de piernas y cuello ).
Le fue extraído quirúrgicamente su pulmón izquierdo y dado de alta, pero debió internarse nuevamente a los pocos días con su sistema circulatorio colapsado.
Falleció debido a un paro cardiorrespiratorio el 15 de diciembre de 1966, a los 65 años.
Su hermano Roy llevó adelante el proyecto del parque de atracciones de Florida, insistiendo en que se llamase Walt Disney World en honor a su hermano. Roy moriría tres meses después de que el parque abriese sus puertas en 1971.

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