La dudosa utilidad de la búsqueda del olvido para los malos recuerdos ha encontrado nuevas formas para influir en los puntos de dolor de la memoria y motivarla para guardar sólo lo bueno.
Científicos de la Universidad de California en Berkeley utilizaron escáneres para entender mejor cómo el cerebro procesa los recuerdos traumáticos durante el sueño, mostrando imágenes impactantes a un grupo de voluntarios y pasadas varias horas, escanearon sus cerebros mostrándoles las imágenes de nuevo.
Aquellas personas que habían dormido entre estos dos experimentos mostraron una menor actividad de la parte del cerebro responsable de las emociones. En cambio, la parte del cerebro vinculada con el razonamiento, apareció más activa.
Esto se explica por el hecho de que el 20% del tiempo del sueño se dedica al procesamiento de los recuerdos recientes disminuyendo dramáticamente el nivel de una sustancia asociada con el estrés que permite reprocesar las experiencias emocionales en un ambiente “tranquilo” y “seguro” de bajos niveles de estrés y tensión, logrando que la persona se despierte con sentimientos más positivos.
De manera similar, otro equipo de investigadores, esta vez los británicos de la Universidad de Oxford, registraron que un grupo de voluntarios que había visto imágenes violentas, luego de jugar el Tetris 10 minutos tuvieron menos malos recuerdos sobre el documental que otro grupo de igual número que no hizo nada.
Los científicos explican que los humanos tienen dos canales mentales: uno es sensorial, que percibe sólo nuestra propia experiencia a través de los sentidos. El otro es conceptual y es responsable de analizar y colocar dentro de algún contexto las experiencias perceptivas. Ambos canales generalmente trabajan juntos.
Sin embargo, cuando alguien está expuesto a una información traumática, estos canales se separan y la información perceptiva predomina sobre la información conceptual. Es por eso que, por ejemplo, si alguien sufrió un accidente de tráfico, es más propenso a recordarlo como una serie de 'flashbacks' (sonidos, luces, gritos) y no como una historia coherente.
Los científicos descubrieron que estos malos recuerdos toman forma y se consolidan en la memoria en un período de seis horas después del trauma.
Y este es el tiempo crítico en el que se pueden interferir los miedos y alterar los recuerdos, recurriendo por ejemplo al Tetris, lo que previene que las imágenes traumáticas se consoliden en el canal perceptivo.
Los académicos también establecieron que una buena influencia en la memoria de las personas se obtiene a través del sexo. En este caso no se trata de un método para combatir los malos recuerdos, sino de una curiosa manera de “desenchufar” la memoria.
Recientemente se registró en Washington, EE.UU. el caso de una mujer de 54 años que ingresó con un ataque de pánico a un hospital y que luego de hacer el amor con su marido olvidó todo lo malo que le había pasado durante las últimas 24 horas.
Los expertos diagnosticaron que se trataba de la llamada amnesia global transitoria, una pérdida de la memoria temporal que no hace daño al cerebro y que normalmente se registra en personas de 50 a 60 años.
Este síndrome lo padecen 5 de cada 100.000 personas. y se supone que este tipo de amnesia es causado por una alteración temporal del funcionamiento de los vasos sanguíneos, que dejan que la sangre pase a la parte del cerebro responsable de la memoria.
Varios grupos de investigadores han reportado experimentos exitosos con fármacos capaces de influir en la memoria selectivamente, como los especialistas de la Universidad de John Hopkins, en EE. UU., que eliminaron una proteína de la parte del cerebro responsable de recordar el miedo.
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