La falla en el Lago Tahoe está ubicada en la frontera de los estados de California y Nevada, en una región de actividad sísmica, y surca la parte occidental de dicho lago, que tiene una profundidad de 500 metros, y es capaz de provocar terremotos de 7,3 grados de magnitud y olas de tsunami de hasta diez metros de altura.
Precisamente sobre la posibilidad de que estas manifestaciones se activen a corto plazo, es que advirtieron los científicos en la reunión anual de la Unión de Geofísica de EE.UU..
Como los terremotos de esta falla suelen suceder cada 3.000 ó 4.000 años y el último sismo ocurrió hace 4.500 años, existe una posibilidad cercana de terremoto en la zona.
Jillian Maloney y sus colegas estudiaron las imagenes de los estratos sedimentarios bajo el agua y llegaron a la conclución de que la falla solía alternar las rupturas completas (de 50 kilometros de longuitud) con rupturas parciales y que la escala de los terremotos dependía del tamaño de la ruptura: cuanto más grande era, más potente resultaba el terremoto.
Al respecto, la geóloga informó que la última ruptura completa de la falla se podujo hace 7.800 años.
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