La 'Pollia condensata', una planta salvaje que crece en las selvas Tanzania o Mozambique, posee el color más intenso que se ha encontrado hasta ahora en una planta, reflejado hasta el 30% de la luz, según la revista 'PNAS'.
Con una apariencia esférica y metálica, la planta ha sido estudiada por la Universidad de Cambridge del Reino Unido que determinó que su intenso color se debe a que las células de sus frutas están hechas a base de hebras de celulosa enrollada que reflejan la luz, y su distribución asimétrica determina su iridiscencia, hecho único del cual no se conocen otros ejemplos en la naturaleza, ya que el brillo logrado por escarabajos, pavos reales o alas de mariposa, se consiguen a partir de otras estructuras y materiales.
Con una apariencia esférica y metálica, la planta ha sido estudiada por la Universidad de Cambridge del Reino Unido que determinó que su intenso color se debe a que las células de sus frutas están hechas a base de hebras de celulosa enrollada que reflejan la luz, y su distribución asimétrica determina su iridiscencia, hecho único del cual no se conocen otros ejemplos en la naturaleza, ya que el brillo logrado por escarabajos, pavos reales o alas de mariposa, se consiguen a partir de otras estructuras y materiales.
Los investigadores también han descubierto que cada célula individual genera su propio color de manera independiente, lo que origina un efecto pixelado o puntillista, similar al que consiguen ciertos pintores en sus cuadros, y conforme al grosor de las paredes de celulosa de cada célula, puede reflejar longitudes de onda con reflejos azules, verdes o rojizos.
Los investigadores creen que el brillo la convierte en atractiva para los pájaros, que la utilizan para impresionar a las hembras o decorar sus nidos.
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