Al menos seis muertos y 50 heridos fue el saldo de un fuerte sismo de 6.0 grados de magnitud en la escala de Richter ocurrido hoy a las 4 a.m., seguido por una réplica de 5,1 grados de intensidad doce horas más tarde en las cercanías de Bolonia, Italia, afectando también fuertemente a Módena, Mantúa, Rovigo y Ferrara.
Cuatro de los muertos eran trabajadores de turno nocturno que murieron aplastados por el derrumbe de las fábricas donde trabajaban, y otras dos fallecieron probablemente víctimas de un infarto cardíaco o por problemas respiratorios como consecuencia del ataque de pánico que les provocó el fenómeno.
El epicentro se situó en el valle del Po, y el hipocentro a una profundidad de 10 kilómetros ( bastante superficial, que es cuando los terremotos se vuelven más destructivos, independientemente de su intensidad en la escala de Ritcher ) y fue uno de los más intensos que sufre la región desde el año 1.300.
Además de víctimas humanas, el terremoto derribó varios edificios y estructuras, provocando numerosas grietas y destruyendo decenas de edificios históricos, entre ellos la famosa Torre dei Modenese en Finale Emilia, de 700 años de antigüedad, localidad que junto a San Felice fueron las más afectadas.
Los temblores se sintieron también en Venecia y Milán.
En enero, un terremoto de 5.4 grados había sacudido el norte de Italia y en 2009 un temblor devastador de 6,2 grados mató más de 300 personas en la ciudad central de L'Aquila dejando sin hogar a más de 60.000 damnificados.
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