Este tipo de fenómeno sólo ocurren una vez cada 100 millones de años y ha logrado ser captado ( y fotografiado ) por primera vez por la NASA.
Las imágenes, captadas por el satélite Swift con tomas ópticas ultravioletas y de rayos X, muestran disparos de plasma fuera del agujero negro luego de tragarse y destrozar una estrella a cuatro millones de años luz de la Tierra.
La mayoría de las galaxias tienen enormes agujeros negros, regiones del espacio que contienen en su interior masas de millones o incluso miles de millones de soles que absorben todo lo que se acerque a su alrededor con sus tirones gravitacionales.
Los equipos de las Universidades de Pensilvania y Cambridge, Massachusetts, EE.UU., opinan que las explosiones captadas podrían corresponder a partículas de una estrella que lograron
escapar al ser tragada la misma cuando se acercó demasiado a los embudos magnéticos del agujero negro supermasivo que giran en direcciones opuestas a velocidades que en su eje de rotación pueden ser superiores al 90 por ciento de la velodidad de la luz.
El Dr. David Burrows, de la Pennsylvania State University, que controla el satélite Swift, escribió en un artículo para la revista Nature que el análisis químico mostró un brillante destello de luz ultravioleta emitido por el material que estaba siendo arrastrado hacia el agujero negro, a un 99,5 por ciento de la velocidad de la luz.
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