Un reciente estudio realizado por investigadores australianos, concluyó que las mujeres pueden detectar, en una persona que nunca han visto antes, una historia de infidelidad, capacidad que los hombres no poseen.
Se investigaron las historias sexuales de 189 adultos blancos, mostrándoles luego fotos de estas personas a 34 hombres y 34 mujeres adultos, quienes tuvieron que decidir si los sujetos tenían antecedentes de engaño e infidelidad.
Las mujeres participantes, lograron una "modesta" (no alta, pero tampoco insignificante) precisión para determinar cuáles hombres eran tramposos, mientras que los hombres presentaron una dificultad insalvable para acertar.
Las mujeres basaron sus conclusiones en las señales de "masculinidad" que transmitían los hombres, que los investigadores describen como indicativo de sus facultades discrecionales, mientras los hombres, en cambio, eligieron a las mujeres más atractivas como las más propensas a engañar, deducción que no se correlaciona de ningún modo.
"Llegamos a la conclusión de que la especulación que dice que la fidelidad sexual está instalada en la cara, tiene un núcelo de verdad", escribieron los investigadores, "por lo menos para las mujeres, y que puede ayudar a las personas a evaluar la calidad de potenciales compañeros sobre los cuales tienen una información mínima sobre su comportamiento".
No obstante, el tamaño de la muestra de hombres y mujeres es un poco pequeño como para sacar conclusiones contundentes, y sería interesante ampliar la misma.
Se investigaron las historias sexuales de 189 adultos blancos, mostrándoles luego fotos de estas personas a 34 hombres y 34 mujeres adultos, quienes tuvieron que decidir si los sujetos tenían antecedentes de engaño e infidelidad.
Las mujeres participantes, lograron una "modesta" (no alta, pero tampoco insignificante) precisión para determinar cuáles hombres eran tramposos, mientras que los hombres presentaron una dificultad insalvable para acertar.Las mujeres basaron sus conclusiones en las señales de "masculinidad" que transmitían los hombres, que los investigadores describen como indicativo de sus facultades discrecionales, mientras los hombres, en cambio, eligieron a las mujeres más atractivas como las más propensas a engañar, deducción que no se correlaciona de ningún modo.
"Llegamos a la conclusión de que la especulación que dice que la fidelidad sexual está instalada en la cara, tiene un núcelo de verdad", escribieron los investigadores, "por lo menos para las mujeres, y que puede ayudar a las personas a evaluar la calidad de potenciales compañeros sobre los cuales tienen una información mínima sobre su comportamiento".
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