La siguiente generación de aviones nó tripulados está pasando a un tamaño mucho más pequeño: vehículos a control remoto con forma de insectos, que utilizan la misma física que éstos y varios de cuyos modelos ya han sido presentados en público.
Ya en 2007 Estados Unidos había sido acusado de desarrollar en secreto espías robóticos con forma de insectos, y ahora se están dando a conocer MAVs tan pequeños como sus parientes biológicos.
Poseen capacidad de volar entre edificios, fotografiar, grabar e incluso atacar de manera letal, y de volar en formación de manera sincronizada, con poca o ninguna supervisión humana directa.
La Fuerza Aèrea norteamericana anunció que está trabajando ahora en un nuevo MAV basado en los planos de Leonardo Da Vinci de sus máquinas voladoras que él llamó Ornitópteros y que el cyborg estará listo en 2015.
Ya se han desarrollado murciélagos y pájaros, incluso con pelos para detectar la presencia de armas quìmicas biològicas o nucleares, pero su tamaño genera un zumbido militarmente incorrecto, por lo cual la investigación se ha dirigido hacia los insectos, que además han evolucionado durante milenios para lograr las condiciones perfectas para el vuelo.
Estados Unidos no es el ùnico paìs que està invirtiendo en diseños MAV nano-biomiméticos: Francia también ha desarrollado sus propios microdrones, los Países Bajos presentaron el año pasado su BioMAV y debido al secretismo, se desconocen los progresos al respecto que puedan haber alcanzado otros paìses fuera de la órbita occidental.
La naturaleza se tomó 350 millones de años para resolver el problema de diseñar máquinas voladoras en miniatura, y los científicos están tratando de aprender esas lecciones aerodinámicas y aplicarlas a vehículos de vigilancia capaces de mezclarse con el entorno, y parece que lo están haciendo inquietantemente bien, habiendo superado incluso a la ficción de películas como Minority Report y sus arañas robot.
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