El cofundador de Microsoft, Bill Gates, introdujo en las escuelas el uso de unas pulseras capaces de medir el interés de los alumnos en clase, además de controlar su asistencia.
El dispositivo utiliza la reacción galvánica de la piel para medir los estados emocionales de sus usuarios y podría ayudar a los profesores a detectar los temas aburridos y los interesantes para sus alumnos, llevándolos a mejorarlos y hacerlos más dinámicos.
Los sensores integrados de la pulsera monitorean la transpiración y las variaciones del sistema nervioso y analizan los datos en una pantalla.
Como era de esperarse, la innovación ha provocado reacciones adversas y acaloradas discusiones en la prensa mundial, relacionadas fundamentalmente con lo innecesario del gasto cuando muchas escuelas no tienen ni para pagar la luz, y lo peyorativo que el uso de este gadget resulta juzgando la capacidad propia de los educadores para detectar el nivel de interés de sus alumnos, a la vez que, como todo control tipo "Gran Hermano", puede ser utilizado en ambas direcciones, convirtiéndose en un espía sobre la eficiencia de los profesores.
El dispositivo utiliza la reacción galvánica de la piel para medir los estados emocionales de sus usuarios y podría ayudar a los profesores a detectar los temas aburridos y los interesantes para sus alumnos, llevándolos a mejorarlos y hacerlos más dinámicos.
Los sensores integrados de la pulsera monitorean la transpiración y las variaciones del sistema nervioso y analizan los datos en una pantalla.
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