Los expertos en vida salvaje están preocupados por una misteriosa enfermedad que se ha extendido entre los osos polares en Alaska, causante de úlceras en la piel, alopecia y otras lesiones cutáneas.
Actualmente, se encuentran bajo estudio 9 osos para tratar de establecer si la condición se relaciona con síntomas similares que también han sido detectados en focas y morsas, pero hasta el momento las extensas pruebas para una amplia variedad de conocidos agentes infecciosos, han sido infructuosas y el causante de la patología sigue siendo desconocido.
El verano pasado, un número inusualmente alto de 60 focas y varias morsas fueron encontrados muertas en la misma zona y con similares síntomas de pérdida de cabello y llagas.
Actualmente, se encuentran bajo estudio 9 osos para tratar de establecer si la condición se relaciona con síntomas similares que también han sido detectados en focas y morsas, pero hasta el momento las extensas pruebas para una amplia variedad de conocidos agentes infecciosos, han sido infructuosas y el causante de la patología sigue siendo desconocido.
El verano pasado, un número inusualmente alto de 60 focas y varias morsas fueron encontrados muertas en la misma zona y con similares síntomas de pérdida de cabello y llagas.
Ahora se está ampliando la búsqueda sobre biotoxinas de orígen humano o natural, radiación, contaminantes, enfermedades auto-inmunes, factores hormonales, nutricionales y ambientales.
Por nuestra parte, la principal sospecha recae sobre la contaminación radiactiva de los océanos por parte de la planta nuclear de Fukushima en Japón, un hecho constante que - contrariamente a lo que se trata de disimular - no ha cesado y continúa constantemente.
Por nuestra parte, la principal sospecha recae sobre la contaminación radiactiva de los océanos por parte de la planta nuclear de Fukushima en Japón, un hecho constante que - contrariamente a lo que se trata de disimular - no ha cesado y continúa constantemente.
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