Durante un período de 14 meses, el gentista molecular de la Universidad de Stanford en Palo Alto California, Michael Snyder analizó - con la ayuda de otros 40 investigadores - su propia sangre 20 veces obteniendo una profusa cantidad de datos bioquímicos que mostraron el estado de su sistema inmunológico, su metabolismo y su actividad genética.
Snyder se seleccionó a sí mismo como sujeto de este estudio para poder dar sangre con frecuencia y no tener que enfrentar ningún dilema en caso de detectar información devastadora.
El resultado fue un perfil extraordinariamente detallado que el equipo llamó perfil integrador ómico personal ( POI ) que combina diversos campos científicos como la genómica ( estudio del ADN ), la metabolómica ( estudio del metabolismo ) y la proteómica ( estudio de las proteínas ).
Snyder, ahora de 56 años, dice que comenzó el estudio hace dos años debido a una serie de avances tecnológicos que hacen posible ver el funcionamiento del cuerpo más íntimamente que nunca, y demuestra lo insuficientes que son las actuales prácticas médicas, en las cuales no se miden más de 20 cosas en un análisis de sangre cuando se podría, con las técnicas actuales, medir decenas de miles y hasta millones de datos, y así poder tener una idea más clara sobre lo que está pasando.
En el caso de Snyder se buscó además analizar su respuesta a dos infecciones virales y a la aparición de diabetes tipo 2, tratándose de encontrar lo vínculos entre los 3,2 mil millones de nucleóticos de ADN en su genoma, las más de 3 mil millones de fluctuaciones en las moléculas de su sangre como proteínas, metabolitos, microRNAs, citoquinas, anticuerpos, glusocas y transcripciones genéticas y los perfiles de muchos de los cambios de dinámica molecular del cuerpo ante las tensiones ambientales.
En la primer extracción Snyder estaba resfriado lo cual permitió seguir la infección y la respuesta del cuerpo al rinovirus como nunca antes.
La secuencia de su genoma sorpresivamente demostró riesgo de diabetes tipo 2, cuadro que jamás previó ya que no tenía antecedentes familiares ni sobrepeso.
Dicho de otra forma: de no mediar este estudio, jamás habría podido detectarse esta peligrosa predisposición por los métodos ortodoxos.
Siguiendo muy de cerca los mencionados biomarcadores, los científicos detectaron otra cosa inesperada: al infectarse Snyder con un virus sincitial respiratorio, se produjo un inmediato aumento en sus niveles de glucosa, relación que no está reconocida en ningún tratado médico, pero que se hizo evidente en su organismo ante una infección viral activa.
Puesto sobre aviso sobre este riesgo que jamás podría haber sido diagnosticado por los métodos tradicionales, Snyder cambió su dieta y aumentó sus ejercicios físicos, tomándole 6 meses volver a la normalidad sus niveles de glucosa.
El Cardiólogo Eric Topol, que dirige el Instituto de Ciencia Traslacional Scripps en San Diego, California, opinó respecto al estudio que los acelerados avances en medicina hace no sólo factible este tipo de estudios sinó necesarios.
Es un tipo visionario de enfoque," opinó también Jan Korbel, un virólogo molecular e investigador del cáncer en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania.
Snyder y su equipo están convencidos de que este tipo de análisis es el futuro de la medicina.
Snyder se seleccionó a sí mismo como sujeto de este estudio para poder dar sangre con frecuencia y no tener que enfrentar ningún dilema en caso de detectar información devastadora.
El resultado fue un perfil extraordinariamente detallado que el equipo llamó perfil integrador ómico personal ( POI ) que combina diversos campos científicos como la genómica ( estudio del ADN ), la metabolómica ( estudio del metabolismo ) y la proteómica ( estudio de las proteínas ).
Snyder, ahora de 56 años, dice que comenzó el estudio hace dos años debido a una serie de avances tecnológicos que hacen posible ver el funcionamiento del cuerpo más íntimamente que nunca, y demuestra lo insuficientes que son las actuales prácticas médicas, en las cuales no se miden más de 20 cosas en un análisis de sangre cuando se podría, con las técnicas actuales, medir decenas de miles y hasta millones de datos, y así poder tener una idea más clara sobre lo que está pasando.
En el caso de Snyder se buscó además analizar su respuesta a dos infecciones virales y a la aparición de diabetes tipo 2, tratándose de encontrar lo vínculos entre los 3,2 mil millones de nucleóticos de ADN en su genoma, las más de 3 mil millones de fluctuaciones en las moléculas de su sangre como proteínas, metabolitos, microRNAs, citoquinas, anticuerpos, glusocas y transcripciones genéticas y los perfiles de muchos de los cambios de dinámica molecular del cuerpo ante las tensiones ambientales.
En la primer extracción Snyder estaba resfriado lo cual permitió seguir la infección y la respuesta del cuerpo al rinovirus como nunca antes.
La secuencia de su genoma sorpresivamente demostró riesgo de diabetes tipo 2, cuadro que jamás previó ya que no tenía antecedentes familiares ni sobrepeso.
Dicho de otra forma: de no mediar este estudio, jamás habría podido detectarse esta peligrosa predisposición por los métodos ortodoxos.
Siguiendo muy de cerca los mencionados biomarcadores, los científicos detectaron otra cosa inesperada: al infectarse Snyder con un virus sincitial respiratorio, se produjo un inmediato aumento en sus niveles de glucosa, relación que no está reconocida en ningún tratado médico, pero que se hizo evidente en su organismo ante una infección viral activa.
Puesto sobre aviso sobre este riesgo que jamás podría haber sido diagnosticado por los métodos tradicionales, Snyder cambió su dieta y aumentó sus ejercicios físicos, tomándole 6 meses volver a la normalidad sus niveles de glucosa.
El Cardiólogo Eric Topol, que dirige el Instituto de Ciencia Traslacional Scripps en San Diego, California, opinó respecto al estudio que los acelerados avances en medicina hace no sólo factible este tipo de estudios sinó necesarios.
Es un tipo visionario de enfoque," opinó también Jan Korbel, un virólogo molecular e investigador del cáncer en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania.
Snyder y su equipo están convencidos de que este tipo de análisis es el futuro de la medicina.
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