lunes, 19 de diciembre de 2011

ESTADOS UNIDOS DICE ADIÓS A LA LIBERTAD EN INTERNET

Los cibernautas norteamericanos sufrirán en carne propia la dictadura sin máscaras por primera vez en la historia del un país que exhibe irónicamente el ícono de la libertad en las puertas de su ciudad más emblemática.
El cartel “Prohibido” dejará su amargo sabor en la boca y la mente de millones de personas que ya no podrán conectar a muchas de sus páginas favoritas y que descubrirán demasiado tarde en manos de quién han puesto su gobierno.
El nacimiento del proyecto de ley SOPA ( Stop online piracy Act ), hijo de otro degeneramiento llamado SINDE, fue de por sí significativo síntoma de que algo no funcionaba bien en el país del norte, confirmando la definitiva degradación social que lo permitió, y ahora este dictatorial intento de asesinar la libertad de la web ( que establece que cualquier página puede ser bloqueada y clausurada sin proceso judicial si viola con su contenido los derechos de autor de terceras personas )
y por consiguiente de la Primer Enmienda de una Constitución que fue indudablemente redactada por gente cuyos anhelos y respetuosidad ya no tienen suficientes representantes en dicho país, está a punto de ser aprobado, confirmando que la involución ha llegado a las raíces mismas de su sistema judicial.
La ley será aplicada con el mismo torpe e inquisidor criterio que se lo ha hecho con la ley antiterrorista, convirtiendo automáticamente en ciudadanos de segunda a todos los norteamericanos, pese a que el propio Departamento de Estado de ese país incluyó la libertad de acceso a Internet en la lista de los derechos humanos básicos, y lo enarbola hipócrita y cínicamente como bandera ante el mundo.
Sólo queda una esperanza, y es la resistencia que intentan ofrecer los empresarios fundadores de las mayores compañías tecnológicas como Google, Yahoo, Twitter y Youtube, entre otras, quienes recientemente publicaron una carta abierta al gobierno expresando su rechazo a los anteproyectos de SOPA y de PIPA (Protect IP Act), mientras Wikipedia amenazó cerrar su portal como protesta ante la gravedad de la medida que se pretende implementar.
El cofundador de Google, Serguéi Brin, comparó muy acertadamente en su cuenta de Googl+ este espantoso proyecto con la censura que se practica en Irán o China. “Imaginen mi sorpresa al ver que la amenaza más reciente a la libertad de expresión viene ni más ni menos que de Estados Unidos”, expresó.
La ley castrará al mejor estilo medieval redes sociales, comercios, bibliotecas on-line, y sistemas educativos completos, sumergiendo a la comunidad en una regresión histórica e intelectual espantosa,
que es el negro sueño que alimentan estos tiranos sub-humanos a quienes se ha otorgado el poder de apretar el gatillo. Vint Cert, uno de los míticos padres de Internet, sentenció que este proyecto legislativo tiene el potencial para generar una censura sin precedentes.
Por supuesto, al igual que ocurre en todo estado inquisitorio, se transformará además en un arma imparable para simplemente destruir competidores tecnológicos con una simple excusa.
La votación en el Congreso se ha pospuesto para el año que viene, pero cuenta con enormes posibilidades de ser aprobada, por lo cual a los norteamericanos les conviene ir ensayando a coro, en lugar de los clásicos villancicos navideños, la legendaria frase: “Tuve un sueño, pero ahora el sueño terminó”.

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