Google ha sido paranoicamente acusado de comprometer la seguridad nacional de EE.UU., permitiendo tomas aéreas de bases militares secretas para ser vistas por el público en general a través de su programa de computadora en línea “Maps”, cuando en realidad los militares responsables de que estas tomas hayan podido ser realizadas son los que deberían ser acusados por no haber tomado las medidas de seguridad y consecuente ocultamiento correspondientes.
El gigantesco motor de búsqueda permite ( legalmente, término que suele ser de imposible ubicación entre las neuronas de la mayoría de los militares y de los centros de poder en general ) a los usuarios de Internet buscar bases militares, y luego mediante el zoom ver las pistas de aterrizaje posibilitando de esta manera el acceso a información que es considerada secreto militar, pese a lo cual no se encuentra debidamente protegida.
El descubrimiento de una pista de aterrizaje secreta y de acceso ultra-restringido en Yucca Lake en Nevada, que se utiliza para las pruebas de los aviones no tripulados R-170 similar al que se perdió en Irán hace pocos días, ha suscitado preocupación ( por no decir paranoia ) en el ejército norteamericano, que sin embargo está haciendo el papel del muerto que se asusta del degollado.
Cedric Leighton, un coronel retirado de la Fuerza, se quejó: "los iraníes pueden acceder de esta manera a nuestras bases operativas y obtener información secreta vital”.
¡Obvio, señor Leighton!. ¡Pero su declamación equivale a pasearse desnudo por las calles, quejarse de que la gente lo mire y además obligar a todos a entrar a sus casas como ocurriera con Lady Godiva!.
Creemos que la Fuerza Aérea norteamericana, con todos los pilotos experimentados que posee, debe aprender aún a aterrizar en el siglo 21, porque para aterrizar se deben apoyar las ruedas de ambos lados, no sólo las del lado que les facilita la vigilancia extrema, ilegal e invasiva de los ciudadanos.
Las imágenes satelitales de Google tomadas a principios de 2011 muestran imágenes de lo que parece ser un avión no tripulado Predator MQ-1 o un Reaper UAV MQ-9 en una pista de aterrizaje secreta de aproximadamente 5.200 metros de largo, rodeada por cuatro hangares de diferentes tamaños, una playa de estacionamiento, un alambrado de seguridad perimetral y una construcción aún no finalizada.
El detalle hace que sea extremadamente fácil para las potencias extranjeras buscar imágenes por satélite para inspeccionar los aviones espía de EE.UU..
Leighton añadió ( en un torpe intento de mostrarse democrático ) que creía que Google tenía el derecho de mostrar las imágenes al público, pero debe tratar de comprender la especial situación de las operaciones militares.
La publicación de imágenes satelitales de bases secretas es un tema candente, y tiene antecedentes de descubrimientos anteriores, como en Denver ( EE:UU )y en la provincia paquistaní de Baluchistán, donde se pudo observar claramente un avión no tripulados Predator en una rampa de estacionamiento en el aeródromo de Shamsi.
El Doctor John Michener, científico jefe de la empresa de seguridad Casaba, hizo la declaración más acertada en relación a este tema controversial, al comentar que Google puede permitir que se muestren este tipo de imágenes ya que las leyes nacionales norteamericanas no se aplican por encima de la atmósfera.
“Hay que acostumbrarse a estas situaciones, tomar conciencia de que hay satélites al construír las bases secretas, y tomar las medidas pertinentes.”
Y agregó que el verdadero problema sería si el gobierno comienza a utilizar esto como excusa para filtrar e inspeccionar a Google.
Muy bien por Ud., Sr.Michener, siempre es un placer constatar que aún en puestos de liderazgo existen personas ( y no sólo dobermans atados ) que saben ver no sólo el árbol sino el bosque y no se dejan dominar por las típicas paranoias del poder y sus fáciles, injustas y generalmente sangrientas soluciones “colaterales”.
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