Por ahora, es una creación sólo a nivel experimental, ya que puede generar muy poca cantidad de energía, pero suficiente para mover un ventilador y generar una demostración en la exposición de eco-productos de 2011 celebrada en Tokyo, por parte de su creador, Sony.
Se trata de una batería biológica, tan delgada como una tarjeta, que “digiere” residuos de papel para autoalimentarse ( muy al estilo del proceso alimenticio que siguen las termitas ) utilizando una enzima digestiva llamada celulasa que “disuelve” la celulosa del papel transformándola en glucosa, un azúcar que utiliza como combustible.
Sony viene desarrollando baterías biológicas desde hace años, alguna de las cuales utilizan jugo de fruta como combustible u otros alimentos.
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