Ya lo anticipamos hace una semana: no es Elenin ( ni integra lo que sería su hipotético séquito ), pero es un asteroide de gran tamaño llamado 2005 YU55 ( 2005 porque fue el año en que fue detactado por primera vez por el astrónomo Robert Mc Millan, de la Universidad de Arizona, EE.UU. ), está catalogado como potencialmente peligroso por la NASA y se acerca a la Tierra a toda velocidad.Alcanzará su punto máximo de acercamiento el 8 de noviembre a las 23:28 GMT, a una distancia de 0,00217 unidades astronómicas ( unos 325.000 kilómetros, es decir 60.000 kilómetros menos de distancia del que existe entre la Tierra y la Luna ).
El cuerpo celeste, según las estimaciones de los especialistas, tiene un tamaño de unos 400 metros de diámetro y se acercará a nuestro planeta a una velocidad de 13,7 kilómetros por segundo.La última vez que el YU55 se aproximó a la Tierra a una distancia tan corta fue en 1976, pero en aquel entonces los astrónomos no lo detectaron. El 'reencuentro' de este año será el más cercano de los últimos 200 años, y será el objeto cósmico que más se acerque a nuestro planeta antes de 2020.
Los asteroides a menudo pasan junto a la Tierra a distancias semejantes, pero normalmente son cuerpos que tienen un diámetro cientos de veces menor.Los especialistas de la NASA planean observar forma, tamaño, superficie y otros parámetros físicos del asteroide por medio de una antena del sistema de radares Deep Space Network, y con el telescopio del observatorio Arecibo (en Puerto Rico), informó la agencia espacial estadounidense.Las observaciones realizadas por radares en 2010 mostraron que el cuerpo tiene una forma esférica y que gira lentamente sobre sí mismo, con una superficie muy oscura que refleja la luz peor que el carbón, completando una vuelta cada 18 horas.
Los científicos subrayan ( como siempre lo hacen ) que el visitante espacial no causará ningún desajuste gravitatorio sobre la Tierra, que no afectará a las mareas o las plataformas tectónicas, y que incluso si colisionara contra nuestro planeta no sería causa de ninguna catástrofe apocalíptica de extinción ( la exageración de esta última afirmación nos pone nerviosos, porque a nadie inteligente puede escapársele las consecuencias desastrosas que en todos los aspectos concebibles causaría un impacto de un cuerpo del tamaño de un portaaviones que podría llegar, luego de atravesar la estratósfera, dividido en varios cuerpos cada uno con por lo menos el tamaño de un autobús ).
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