HACKEAME UNA DIETA!!
Los científicos de la firma Johns Hopkins aseguran que podrían usar un virus para inhibir en el cerebro el neuropéptido que “reclama” comida.
Esta proteína se llama NPY, y se encuentra en el hipotálamo dorsomedial del cerebro y está relacionada con el apetito.
Al ser expuesto en ratas de laboratorio al virus, éstas no sólo comenzaron a comer menos sinó que al ofrecérseles dietas altísimas en calorías, sus organismos, que deberían haber transformado las mismas en grasas blancas, las convirtieron en grasas marrones, que son mucho más fáciles de quemar para el cuerpo.
¿Demasiado bueno para ser verdad? ¡Veremos!, dijo Andrea Bocelli! =)
LOS CIENTÍFICOS LOGRAN DESQUICIAR A UNA COMPUTADORA
Un ordenador comenzó a presentar síntomas de esquizofrenia luego que expertos en computación lo manipularan y llegó a hacerse responsable de un atentado terrorista.
El experimento fue realizado con la intención de demostrar que el procesamiento de información defectuosa puede conducir a la esquizofrenia.
Los científicos de la Universidad de Austin, Texas construyeron una red neuronal llamada DISCERNIR, que es capaz de aprender el lenguaje natural humano mediante una serie de historias sencillas y relaciones entre palabras y frases, siguiendo el mismo proceso que en una persona.
Algunos expertos en salud mental creen que los esquizofrénicos dejan de distinguir entre realidad e ilusión por no poder olvidar o ignorar ciertos estímulos como el resto de las personas y esto les hace perder la capacidad de sintetizar y procesar la información correctamente.
La cantidad de dopamina segregada por el organismo desempeña un papel clave en el proceso de entender y diferenciar las experiencias en las personas normales.
Por lo tanto, se intentó simular el efecto de sobredósis de dopamina en la computadora ordenándole que “olvide menos”, confundiendo así su capacidad para discernir las relaciones entre las palabras, frases y actos.
La máquina comenzó entonces a colocarse como protagonista de historias fantásticas, tomando y mezclando elementos de muchas historias que se le habían contado, llegando en un caso a atribuírse la total responsabilidad de un atentado terrorista.
El experimento demostró que hasta qué punto las redes neuronales controlan el desempeño del ser humano.
CORAZONES LATIENDO JUNTOS
Aprovechando una tradición española, un equipo de neurocientíficos dirigidos por la danesa Ivana Konvalinka, realizó un experimento que arrojó resultados extraordinarios.
En una pequeña ciudad española, la gente celebra el solsticio de verano, caminando sobre una cama de brasas. Los científicos se preguntaron si a través de este ritual del fuego, se podría medir el nivel de emoción de los participantes, y si ésta sería capaz de transmitirse a sus semejantes.
Colocaron entonces monitores portátiles en el corazón de varios de los caminantes, y a personas conectadas emocionalmente con ellos ( novios, amigos ) o a sus familiares, como así también a otras personas de la multitud que no los conocían. Cuando comenzaron a pisar las brasas y su ritmo cardíaco se cargó de emoción y miedo, sorprendentemente las frecuencias cardíacas de los corazones de los seres queridos o miembros de su familia se alteraron exactamente al mismo tiempo, mientras las personas ajenas a ellos no experimentaron ningún cambio.
Konvalinka y sus colegas creen que, después de analizar una docena de casos, la vinculación social hace compartir estados biológicos, incluyendo las mismas sensaciones físicas, incluso en ausencia de una acción sincronizada.
Sin embargo, para conclusiones más sólidas, deberían estudiarse situaciones similares en un contexto natural independizados de un entorno de ritual colectivo como lo fue en este caso, aunque este experimento es válido para cuantificar los efectos sociales en la fisiología humana.
ESTO ES PONERLE ONDA!!
Estos 768 ciudadanos de Zagreb se vistieron con impermeables negros y amarillos, se reunieron en la plaza principal de la ciudad, y crearon el mayor rostro humano sonriente del mundo, ingresando así en el libro Guinness de los récords.
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