Cuando el astronauta Stephen Bowen ( que había arribado a la Estación Espacial Internacional ISS sólo dos días antes a bordo del "saladísimo" Discovery ) salió a dar una caminata espacial ayer, parecía que iba a ser una operación de rutina, pero terminó sentado por más de media hora en la repisa exterior de la ISS esperando que lo vuelvan a dejar entrar. Bowen junto con Alvin Drew habían salido al espacio exterior para recoger unas muestras para la agencia espacial japonesa y comenzar además modificaciones que serán necesarias en la estación cuando la NASA retire su flota de tres trasbordadores a fines de 2011.
Después de seis horas y media en el espacio sin ningún tipo de inconvenientes, Bowen y Drew regresaron cada uno a su esclusa de entrada a la estación, pero Bowen se encontró con la sorpresa de que el brazo robot que abre y cierra la compuerta, no le daba acceso.
Pese a la insistencia, tanto digital como mecánica, el robot no obedeció absolutamente ninguno de los comandos, ni desde adentro ni desde afuera, mientras Bowen permanecía pegado a una pequeña plataforma externa y agarrado de la bomba de refrigeración.
Los astronautas que operan el brazo dentro de la estación espacial debieron correr con todos sus manuales, notas y computadoras portátiles a activar otro robot en otra habitación, al cual debieron reconfigurar para que realizara el trabajo de su inerte equivalente.
Funcionarios de la NASA atribuyeron el problema a un fallo del software y aseguraron que el mismo ya ha sido corregido.
Bowen fue agregado recientemente a la tripulación debido a que su antecesor, Tim Kopra, resultaró herido en un accidente de bicicleta. Apostamos un par de dólares a que estando ahí afuera, sentado y abandonado en el espacio, él también se acordó de Hal 9000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario