No estamos seguros de qué causa más miedo: si el temor a que uno o varios enajenados irrumpan en un aula amenazando la vida de los niños, o el temor a poner los hijos en manos de pedagogos paranoicos que demuestran que la educación porfesional que le pagó toda la sociedad fue un grotesco despilfarro de dinero.
Desde una guardería de Pennsylvania, en EE.UU., nos llega otra noticia al respecto que hasta podría hasta ser graciosa mientras no nos pongamos en el lugar de los damnificados: allí una niña de cinco años fue expulsada temporalmente por "perpetrar una amenaza terrorista" ( según propias palabras de las autoridades del colegio ) contra una amiga.
En el transcurso de un roll playing, la niña amenazó disparar a su compañera con una pistola de pompas para luego dispararse a sí misma mientras esperaban el autobús escolar.
Por esa razón, la administración del distrito escolar local ( que es una joya ) la interrogó sin la presencia de sus padres para luego expulsarla por diez días, obligándola a recibir ayuda psicológica.
Claramente, la niña deberá recibir ayuda psicológica ( y mucha ) para que, en su psíquis en formación, ya largamente torturada por la morbosa mediatización de la masacre de Newtown, pueda entender porqué unos pedagogos con diploma la trataron de tal manera, y de qué forma relacionada con el funcionamiento neuronal que se supone poseen las autoridades educativas que la tienen a su cargo, creen éstos poder mejorar ( ¡ y nó empeorar ! ) la sociedad en que viven con este tipo de medidas.
O tal vez, sea ésta una muestra más de porqué y debido a qué nefastas influencias, ocurren tan frecuentemente episodios de matanzas masivas en las escuelas estadounidenses.
All in all is just another brick in the wall. Say no more.
No hay comentarios:
Publicar un comentario