Un reciente estudio demuestra que el imperio de Gran Bretaña tenía un alcance global real más extenso de lo que los mapas puedan sugerir.
A lo largo de los siglos, Gran Bretaña invadió casi el 90 por ciento de los países del mund, y sobre 200 paìses sólo 22 nunca experimentaron un asalto británico.
El mapa del mundo ( arriba ) muestra en rojo la extensión del Imperio Británico en 1901, pero un nuevo estudio ha encontrado que su alcance global fue subestimado.
Las invasiones inglesas incluyen Luxemburgo, Guatemala, Tayikistán y las Islas Marshall en el Pacífico.
El estudio forma parte de un nuevo libro, escrito por el autor británico Stuart Laycock titulado "Todos Los Países Que Hemos Invadido" y demuestra que, en su apogeo, el imperio gobernaba casi una cuarta parte de la población mundial .
El libro no se detiene en los dominios formales e incluye incursiones militares, invasiones a través de la fuerza, de la amenaza de uso de la fuerza, de las negociaciones y de los pagos, incluyendo incrusiones piratas, corsarios británicos y exploradores armados que actuaban en nombre o con la aprobación del gobierno.
Por lo tanto, muchos países que antes formaban parte del imperio español y parecían tener poca conexión histórica con el Reino Unido, como Costa Rica, Ecuador y El Salvador, aparecen en esta lista debido a las repetidas incursiones que sufrieron por parte de marineros británicos.
La primer invasión lanzada desde las Islas Británicas fue una incursión en la Galia, al norte de Francia, a finales del siglo II.
A lo largo de los siglos, Gran Bretaña invadió casi el 90 por ciento de los países del mund, y sobre 200 paìses sólo 22 nunca experimentaron un asalto británico.
El mapa del mundo ( arriba ) muestra en rojo la extensión del Imperio Británico en 1901, pero un nuevo estudio ha encontrado que su alcance global fue subestimado.
Las invasiones inglesas incluyen Luxemburgo, Guatemala, Tayikistán y las Islas Marshall en el Pacífico.
El libro no se detiene en los dominios formales e incluye incursiones militares, invasiones a través de la fuerza, de la amenaza de uso de la fuerza, de las negociaciones y de los pagos, incluyendo incrusiones piratas, corsarios británicos y exploradores armados que actuaban en nombre o con la aprobación del gobierno.
La primer invasión lanzada desde las Islas Británicas fue una incursión en la Galia, al norte de Francia, a finales del siglo II.
"No es una parte de nuestra historia de la cual debamos sentirnos orgullosos" reflexionó el autor.
Sin embargo, el libro no plantea ningún juicio moral, sinó una simple estadística, que según Laycock, muestra un récord al cual sólo puede acercársele Francia.
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