Desarrollado por Kieran Clarke, una profesora de bioquímica de la Universidad de Oxford conjuntamente con un equipo de Investigación del Metabolismo Cardíaco y a instancias del ejército de los EE.UU., esta nueva bebida parece demasiada buena para ser verdad, pero sin embargo sus credenciales científicas son impecables.
El casi mágico elixir no sólo podría ayudar a perder peso, sino que también podría tratar la epilepsia, la diabetes e incluso el Alzheimer, proporcionando un refuerzo de energía increíble ( cuando un grupo de campeones de remo internacional lo bebió, uno de ellos batió un récord mundial ).
Igualmente sorprendente es que la bebida no se trata de una nueva droga, sinó que contiene cetonas, un ingrediente que nuestros cuerpos producen todo el tiempo.
Esta pequeña pero poderosa fuente de energía es producida naturalmente cuando empezamos a usar nuestras reservas de grasa para obtener energía, porque no hay carbohidratos alrededor.
Sin la energía de los carbohidratos, el cuerpo comienza a liberar la grasa almacenada, que el hígado convierte en cetonas para producir energía.
Todos tenemos un poco elevado los niveles de cetona antes del desayuno, ya que no se ha comido durante un tiempo, y si se ayuna durante unos días o se sigue algún tipo de dieta baja en grasas, el cuerpo comenzará a bombear cetonas, como una manera natural de mantenerlo alimentado con energía, en especial al cerebro y los músculos.
La profesora Clarke encontró una manera de producir estas cetonas en el laboratorio, con lo cual en lugar de tener que seguir dietas difíciles (con desagradables efectos secundarios como el estreñimiento y mal aliento), se puede añadir cetonas a una dieta normal en forma de bebida, inaugurando un nuevo y radical enfoque que va en contra de más de 30 años de asesoramiento sobre que una dieta baja en grasa es la mejor manera de bajar de peso, tratar la diabetes y proteger el corazón.
En un estudio publicado a principios de este año, la Profesora Clarke descubrió que las ratas tratadas con el compuesto elaborado a base de cetona comieron menos y subieron menos peso que los que recibieron la misma cantidad de calorías con un alto contenido de grasa o con una dieta alta en carbohidratos, impulsando además su rendimiento físico y mental y convirtiéndolas en mucho más saludables.
En el primer ensayo de Clarke en humanos con diabetes, completado en los últimos meses, los efectos fueron también impresionantes: en un estudio de una semana de duración, ocho personas con diabetes ingerían tres veces al día la bebida cetónica, siguiendo su dieta normal y al igual que con las ratas, su peso se redujo (un promedio de casi el 2 por ciento de su peso corporal), y también lo hicieron sus niveles de glucosa, colesterol y la cantidad de grasa en la sangre.
También aumentaron la cantidad de ejercicios, ya que se sentían con más energía.
El estudio fue realizado sobre un grupo muy pequeño y no fue publicado aún, pero la sola idea de que pueda controlarse la diabetes con cetonas parece extraordinaria, si se tiene en cuenta que la creencia tradicional es que un alto contenido de cetonas es muy peligroso, aunque la realidad es que sólo lo es cuando los niveles de azúcar también son muy altos y la diabetes no está controlada.
La bebida tiene sus raíces en las dietas cetogénicas, que están diseñadas para aumentar la producción de cetonas, como en un tratamiento estándar para la epilepsia infantil, que incluye aceite, nata, huevos, mayonesa y queso, pero que, al no incluír casi ninguna fruta o verdura conduce a una escasez de vitaminas y minerales y a un mayor riesgo de enfermedades del corazón, cosa que no ocurriría si el tratamiento se lleva a cabo a través de esta bebida.
Al igual que otras innovaciones radicales, como los coches sin conductor o los "exoesqueletos", la producción de esta bebida a base de cetona fue el resultado de un encargo de la Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación Avanzada ( DARPA ) del Ejército de los Estados Unidos, creada para investigar y desarrollar imaginativos proyectos de alto riesgo.
"En 2003 estaban buscando a una fuente de energía que mejore el rendimiento físico y mental de los soldados en condiciones de combate", dice Clarke. "Las tropas no estaban tomando suficientes raciones en acción, ya que preferían llenar sus mochilas con munición extra. A medida que su glucosa en sangre caía, y los confundía peligrosamente".
La Profesora Clarke ya había estado investigando las cetonas como fuente de alta energía durante más de una década, cuando DARPA la contactó y financió su investigación permitiéndole descubrir una manera de crear cetonas en el laboratorio.
Las cetonas moderan los centros de hambre en el cerebro, al comer menos bajan los niveles de azúcar, se pierde peso y se gana energía.
En la prueba realizada con remeros internacionales que ingirieron la bebida, luego de media hora habían remado una media de 50 metros más que cuando tomaron una copa con un placebo, registrando una mejora del 0,5 por ciento, que puede ser la diferencia entre una medalla de plata y una de oro.
No se observaron signos de efectos secundarios dañinos del producto en las pruebas con ratones y los militares están encantados con la bebida, pero aún pasará un tiempo antes de que sea producida a gran escala.
Respecto a los supuestos peligros de altos niveles de cetona en el organismo ( estreñimiento, mal aliento, insuficiencia renal, osteoporósis, cáncer o enfermedades del corazón ), la Profesora Clarke cree que estos temores se basan en un malentendido.
"Nuestros cuerpos tienen un sistema paralelo diseñado para hacer uso de las cetonas como fuente de energía, que es más rápido y más eficiente que la forma en que nuestro cuerpo utiliza la glucosa.
Gramo por gramo, las cetonas entregan un 38 por ciento más de energía que la glucosa "
"El problema es que rara vez necesitamos utilizar las cetonas porque desde hace 50 años tenemos suficientes alimentos para comer. Antes mucha gente solía ser cetogénica, como una manera de ofrecer energía en tiempos de hambruna, y sólo en el caso de alguien que tiene diabetes no controlada, el aumento de cetonas es peligroso".
Clarke advierte que antes de que esta bebida casi mágica esté disponible masivamente se deberán realizar numerosas pruebas para abaratar el producto, y añade: "Deltag no es una licencia para permanecer pegados a la televisión comiendo comida chatarra. Proporciona un 10 por ciento del total de calorías (cada bebida contiene alrededor de 200 calorías), así que si usted quiere perder peso va a tener que seguir una dieta equilibrada y saludable. Y luego está el tema del sabor: Deltag tiene un sabor horrible, pero sus beneficios lo compensan."
Igualmente sorprendente es que la bebida no se trata de una nueva droga, sinó que contiene cetonas, un ingrediente que nuestros cuerpos producen todo el tiempo.
Sin la energía de los carbohidratos, el cuerpo comienza a liberar la grasa almacenada, que el hígado convierte en cetonas para producir energía.
El estudio fue realizado sobre un grupo muy pequeño y no fue publicado aún, pero la sola idea de que pueda controlarse la diabetes con cetonas parece extraordinaria, si se tiene en cuenta que la creencia tradicional es que un alto contenido de cetonas es muy peligroso, aunque la realidad es que sólo lo es cuando los niveles de azúcar también son muy altos y la diabetes no está controlada.
"En 2003 estaban buscando a una fuente de energía que mejore el rendimiento físico y mental de los soldados en condiciones de combate", dice Clarke. "Las tropas no estaban tomando suficientes raciones en acción, ya que preferían llenar sus mochilas con munición extra. A medida que su glucosa en sangre caía, y los confundía peligrosamente".
Las cetonas moderan los centros de hambre en el cerebro, al comer menos bajan los niveles de azúcar, se pierde peso y se gana energía.
No se observaron signos de efectos secundarios dañinos del producto en las pruebas con ratones y los militares están encantados con la bebida, pero aún pasará un tiempo antes de que sea producida a gran escala.
"Nuestros cuerpos tienen un sistema paralelo diseñado para hacer uso de las cetonas como fuente de energía, que es más rápido y más eficiente que la forma en que nuestro cuerpo utiliza la glucosa.
"El problema es que rara vez necesitamos utilizar las cetonas porque desde hace 50 años tenemos suficientes alimentos para comer. Antes mucha gente solía ser cetogénica, como una manera de ofrecer energía en tiempos de hambruna, y sólo en el caso de alguien que tiene diabetes no controlada, el aumento de cetonas es peligroso".
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