martes, 13 de noviembre de 2012

ALEMANIA Y LAS VENTAJAS DE VIVIR SIN ENERGÍA NUCLEAR

Cuando todavía la mayoría de los gobiernos mundiales no habían tomado conciencia de la magnitud del desastre nuclear de Fukushima y los necios todavía pregonaban sus estupideces sobre su importancia, Alemania, que ya llevaba tres décadas planeando su salida de la energía nuclear, vio una inmejorable ocasión aquel 15 de marzo de 2011 para anunciar el cierre de ocho de sus centrales nucleares y la revisión de las nueve restantes, que se le irán añadiendo de manera gradual.
En 2022, Alemania ya no tendrá energía nuclear la cual será relevada por otro tipo de fuentes energéticas  ( en su mayoría renovables ).
Hoy, este país ya está gozando de beneficios económicos y medioambientales derivados de su decisión, que al tener un enorme consenso político y social, se está llevando a cabo sin poner en peligro la economía del país ( el 90% de la población germana está a favor del apagón nuclear total ) .
Ya en 2002, una coalición de socialdemócratas y verdes, había aprobado una ley que prohibía la construcción de  nuevas centrales y la llegada del cambio de gobierno, en 2005,  no cambió la legislación.
Hoy,  Alemania es de los pocos países industrializados que ha reducido sus emisiones, y sus necesidades de energía primaria han pasado de 14.905 petajulios (unidad para medir energía) en 1990 a 13.374 en 2011.
En ese mismo periodo, las emisiones de CO2 han pasado de 1.042 millones de toneladas a 800 millones de toneladas.
El desmantelamiento nuclear  que ha reducido la energía de este orígen de 11,2% a 8,8% en 22 años, no ha perjudicado en absoluto a la economía alemana, cuyo  Producto Interior Bruto (PIB) era de 1,8 billones de euros en 1990 y en 2011  de 2,44 billones, con un aumento del 36%.
El consumo de electricidad aumentó, pero los aportes de  las centrales nucleares se han reducido a la mitad.
Los alemanes demuestran así contundentemente que cuando hay consenso y voluntad política, el apagón nuclear puede llevarse a cabo sin traumas y con grandes beneficios, al impulsarse una industria alternativa muy creativa y pujante capaz de absorver toda la mano de obra que pueda motivar el cierre de las centrales creando además nuevas fuentes de empleo.
Cuando en 2022 el país se libere definitivamente de la nuclear, según un estudio de un grupo de expertos del Energy Roadmap 2050 de la Comisión Europea, el costo de la electricidad por megavatio-hora, en el peor de los casos, subirá apenas unos cinco euros por algunos años, y en el mejor, no subirá nada.
MAPA NUCLEAR ACTUAL EN ALEMANIA: EN VERDE, 15 CENTRALES NUCLEARES DESMANTELADAS, OCHO PARALIZADAS ( AMARILLO ) Y NUEVE EN PROCESO DE SER PARADAS.

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