El geólogo alemán Elmar Buchner ha publicado en la revista Meteoritics and Planetary Science una historia digna de un guión cinematográfico.
Un meteorito de unos 200 kilogramos de peso que cayó del espacio hace unos 15.000 años, esparció sus fragmentos en Chinga, lo que hoy es la frontera entre Mongolia y SIberia, y allí, en el siglo XI de nuestra era, miembros de la cultura chamánica tibetana Bön recogieron uno de esos trozos y con él tallaron la deidad Vaisravana ( también conocida en el Tibet como Jambhala ), un híbrido estilístico entre el budismo y la cultura pre-budista Bön, con la tradicional cruz esvástica en su pecho.
Fue descubierta en 1913 por buscadores de oro y en 1938, una de las múltiples expediciones nazis promovidas y solventadas por el comandante en jefe de las SS Heinrich Himmler en busca de los orígenes de la raza aria, liderada por el famoso zoólogo Ernst Schäfer, descubrió la escultura y la llevó hasta Munich, donde permaneció en el anonimato como parte de una colección privada hasta que en 2007 fue subastada, lo cual sirvió para que el equipo de Buchner, de la Universidad de Stuttgart pueda estudiarla científicamente.
Los análisis practicados ahora en la estatua conocida como "El Hombre de Hierro" de 10 kilogramos de peso y 24 centímetros de altura, confirmaron que está confeccionada a partir de un meteorito, con una estructura compuesta por hierro, cobalto, niquel y trazas de cromo, galio y germanio, siendo la única escultura conocida de una figura humana tallada sobre una piedra de orígen extraterrestre.
La caída de meteoritos se ha interpretado desde tiempos inmemoriales como mensajes divinos, y sobre sus fragmentos de han tallado diversas figuras de aves y joyas o cuchillos, como los encontrados en Australia, Groenlandia, India, y las regiones árticas de América.
Los detalles históricos y etnológicos de El Hombre de Hierro son meramente especulativos, ya que se desconocen a ciencia cierta, como lo aclaran los autores del estudio, aunque sí pueden afirmar que la dureza del meteorito de hierro es totalmente inapropiado para ser tallado, lo cual obliga a pensar que los escultores sabían que se trataba de un material muy especial.
El meteorito fue clasificado como clase ataxite, una rareza con alto contenido de níquel, similar en su constitución al meteorito más grande jamás conocido, el Hoba de Namibia, un ataxite de más de 60 toneladas.
Un meteorito de unos 200 kilogramos de peso que cayó del espacio hace unos 15.000 años, esparció sus fragmentos en Chinga, lo que hoy es la frontera entre Mongolia y SIberia, y allí, en el siglo XI de nuestra era, miembros de la cultura chamánica tibetana Bön recogieron uno de esos trozos y con él tallaron la deidad Vaisravana ( también conocida en el Tibet como Jambhala ), un híbrido estilístico entre el budismo y la cultura pre-budista Bön, con la tradicional cruz esvástica en su pecho.
Fue descubierta en 1913 por buscadores de oro y en 1938, una de las múltiples expediciones nazis promovidas y solventadas por el comandante en jefe de las SS Heinrich Himmler en busca de los orígenes de la raza aria, liderada por el famoso zoólogo Ernst Schäfer, descubrió la escultura y la llevó hasta Munich, donde permaneció en el anonimato como parte de una colección privada hasta que en 2007 fue subastada, lo cual sirvió para que el equipo de Buchner, de la Universidad de Stuttgart pueda estudiarla científicamente.
Los análisis practicados ahora en la estatua conocida como "El Hombre de Hierro" de 10 kilogramos de peso y 24 centímetros de altura, confirmaron que está confeccionada a partir de un meteorito, con una estructura compuesta por hierro, cobalto, niquel y trazas de cromo, galio y germanio, siendo la única escultura conocida de una figura humana tallada sobre una piedra de orígen extraterrestre.
La caída de meteoritos se ha interpretado desde tiempos inmemoriales como mensajes divinos, y sobre sus fragmentos de han tallado diversas figuras de aves y joyas o cuchillos, como los encontrados en Australia, Groenlandia, India, y las regiones árticas de América.
Los detalles históricos y etnológicos de El Hombre de Hierro son meramente especulativos, ya que se desconocen a ciencia cierta, como lo aclaran los autores del estudio, aunque sí pueden afirmar que la dureza del meteorito de hierro es totalmente inapropiado para ser tallado, lo cual obliga a pensar que los escultores sabían que se trataba de un material muy especial.
El meteorito fue clasificado como clase ataxite, una rareza con alto contenido de níquel, similar en su constitución al meteorito más grande jamás conocido, el Hoba de Namibia, un ataxite de más de 60 toneladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario