Los científicos del Pentágono quieren recoger satélites de comunicaciones ‘muertos’ que representan piezas descompuestas y volver a utilizarlos en órbita, limpiando de esta manera el ‘cementerio’ espacial.
La primera etapa de este revolucionario programa, llamada Phoenix, podría llevarse a cabo en el 2015.
Los satélites de comunicaciones orbitan a más de 32.000 kilómetros por encima de la órbita terrestre, y a la hora de descomponerse, generalmente tienen que ser sustituidos por nuevos, a pesar de que muchos de ellos tienen partes utilizables, como antenas y paneles solares, provocando que centenares de satélites ‘muertos’ giren libremente mientras las leyes de la física deciden cuándo tienen que caer sobre la Tierra.
El programa del Pentágono busca encontrar una manera de remover y reutilizar los componentes valiosos de los satélites descompuestos, creando uno, con brazos mecánicos y otras herramientas únicas diseñadas específicamente para el proyecto.
Pero antes de que este ‘satélite-caníbal’ de la basura espacial pueda convertirse en realidad, se necesita desarrollar una nueva robótica, sistemas de control remoto de imágenes, y artículos de agarre para sujetar, cortar y modificar partes de satélites.
El proyecto ha entrado en una nueva fase esta semana, después de que la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, según sus siglas en inglés) emitiera una oferta a los propietarios de satélites comerciales que ya se encuentran fuera de servicio para que den su visto bueno a poder utilizarlos en sus operaciones de prueba.
Según el plan desarrollado, DARPA utilizará tecnologías robóticas ya existentes para operaciones quirúrgicas a distancia y sistemas de cámaras como los utilizados en plataformas petrolíferas para crear tecno-robots controlados desde la Tierra que conectarían instrumentos y equipos actualizados a las antenas operativas de antiguos satélites fuera de servicio, reutilizando sus sistemas de comunicaciones para nuevas misiones.
La primera etapa de este revolucionario programa, llamada Phoenix, podría llevarse a cabo en el 2015.
Los satélites de comunicaciones orbitan a más de 32.000 kilómetros por encima de la órbita terrestre, y a la hora de descomponerse, generalmente tienen que ser sustituidos por nuevos, a pesar de que muchos de ellos tienen partes utilizables, como antenas y paneles solares, provocando que centenares de satélites ‘muertos’ giren libremente mientras las leyes de la física deciden cuándo tienen que caer sobre la Tierra.
El programa del Pentágono busca encontrar una manera de remover y reutilizar los componentes valiosos de los satélites descompuestos, creando uno, con brazos mecánicos y otras herramientas únicas diseñadas específicamente para el proyecto.
Pero antes de que este ‘satélite-caníbal’ de la basura espacial pueda convertirse en realidad, se necesita desarrollar una nueva robótica, sistemas de control remoto de imágenes, y artículos de agarre para sujetar, cortar y modificar partes de satélites.
El proyecto ha entrado en una nueva fase esta semana, después de que la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, según sus siglas en inglés) emitiera una oferta a los propietarios de satélites comerciales que ya se encuentran fuera de servicio para que den su visto bueno a poder utilizarlos en sus operaciones de prueba.
Según el plan desarrollado, DARPA utilizará tecnologías robóticas ya existentes para operaciones quirúrgicas a distancia y sistemas de cámaras como los utilizados en plataformas petrolíferas para crear tecno-robots controlados desde la Tierra que conectarían instrumentos y equipos actualizados a las antenas operativas de antiguos satélites fuera de servicio, reutilizando sus sistemas de comunicaciones para nuevas misiones.
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