Esta irónica noticia es una reflexión más sobre el ser humano, y de cómo el mundo opera constantemente en dos niveles: el contextual y el literal, abriendo un abismo de mentiras entre ambos que luego van a parar irreflexivamente a los libros de texto escolares, los cuales terminan contando sólo mentira sobre mentira perdiéndose para siempre lo empíricamente correcto.
¿Puede Ud. imaginar algún gobierno autorizando el desembolso de miles de millones de dólares para determinar si el agua de mar es salada?.
La respuesta inicial es nó, salvo que:
a) Quien afirma que el agua de mar es salada es alguien a quien yo discrimino considerándolo netamente inferior,
b) Quien dice que el agua de mar es salada es mi enemigo y por lo tanto no debo confiar en su palabra pues alguna razón ideológica nó conveniente para mí esconderá su afirmación.Además, yo no tengo un mar cerca pero tengo un río, y en él el agua es dulce, lo cual prueba su mentira, ó:
c) Niego porque pone en evidencia una clásica "mordida" política, es decir: yo he creado una falsa expectativa sobre la cual ya sé la respuesta pero a un nivel secreto, siendo desonocida para la opinión pública, y estoy extrayendo un montón de fondos para una supuesta investigación drenándolos hacia mis bolsillos.
Asì más o menos fue el marco dentro del cual hace 36 años, en agosto de 1976, la sonda rusa Luna 24 encontró evidencia de agua en la Luna durante excavaciones realizadas a una profundidad de dos metros en la superficie lunar.
Las muestras de rocas que recogió probaba concluyentemente que las mismas tenían un componente de agua de cerca del 0,1%, lo cual se publicó oficialmente en la revista científica soviética Geokhimíia, pero pese a lo sensacional del hallazgo, todo Occidente lo ignoró y absolutamente ningún autor citó jamás el trabajo de la Luna 24.
¿Porqué?,,,las misiones Apolo de la NASA habían traído más de 300 kilos de roca lunar y, al menos oficialmente, ninguna había arrojado pruebas similares, por lo cual se decidió pensar que las muestras rusas habían sido contaminadas con agua de la Tierra debido a desprolijidades en el muestreo.
En aquél entonces, las razones pudieron haberse dividido en:
a) Discriminatorias, estimándose que una misión rusa jamás podría ser tan cuidadosa y eficiente como una estadounidense, además del hecho de que aceptar esta prueba como cierta, hacía quedar automáticamente a las cientos de extracciones norteamericanas como torpes, es decir, se provocaba el efecto autodiscriminatorio inverso al de desdeñar el hallazgo soviético, lo cual era inadmisible en el marco de la guerra fría.
b) La noticia de haber encontrado agua de los rusos era una mentira tendenciosa dada a conocer precisamente para humillar a la NASA
c) La NASA sí había encontrado pruebas de agua en la Luna pero lo ocultaba, en busca de continuar supuestas investigaciones para conseguir fondos que iban a los bolsillos de los conspiradores o tal vez por otras razones más oscuras y retorcidas que nos excusamos de analizar en este artículo.
Y en el medio de todas estas herejías, ¿dónde queda la verdad empírica y científica?
En 2006 los científicos decían que el contenido del agua en la Luna debía ser considerado de una parte por billón.
Seis años después, reconocen haber subestimado la cantidad de agua lunar, y ahora la han fijado por encima de una parte por millón, lo cual deja tan cercano a la realidad como humildemente correcto el hallazgo de la sonda rusa, y 36 años de mentiras basadas en conveniencias.
La respuesta inicial es nó, salvo que:
a) Quien afirma que el agua de mar es salada es alguien a quien yo discrimino considerándolo netamente inferior,
b) Quien dice que el agua de mar es salada es mi enemigo y por lo tanto no debo confiar en su palabra pues alguna razón ideológica nó conveniente para mí esconderá su afirmación.Además, yo no tengo un mar cerca pero tengo un río, y en él el agua es dulce, lo cual prueba su mentira, ó:
c) Niego porque pone en evidencia una clásica "mordida" política, es decir: yo he creado una falsa expectativa sobre la cual ya sé la respuesta pero a un nivel secreto, siendo desonocida para la opinión pública, y estoy extrayendo un montón de fondos para una supuesta investigación drenándolos hacia mis bolsillos.
Asì más o menos fue el marco dentro del cual hace 36 años, en agosto de 1976, la sonda rusa Luna 24 encontró evidencia de agua en la Luna durante excavaciones realizadas a una profundidad de dos metros en la superficie lunar.
Las muestras de rocas que recogió probaba concluyentemente que las mismas tenían un componente de agua de cerca del 0,1%, lo cual se publicó oficialmente en la revista científica soviética Geokhimíia, pero pese a lo sensacional del hallazgo, todo Occidente lo ignoró y absolutamente ningún autor citó jamás el trabajo de la Luna 24.
¿Porqué?,,,las misiones Apolo de la NASA habían traído más de 300 kilos de roca lunar y, al menos oficialmente, ninguna había arrojado pruebas similares, por lo cual se decidió pensar que las muestras rusas habían sido contaminadas con agua de la Tierra debido a desprolijidades en el muestreo.
En aquél entonces, las razones pudieron haberse dividido en:
a) Discriminatorias, estimándose que una misión rusa jamás podría ser tan cuidadosa y eficiente como una estadounidense, además del hecho de que aceptar esta prueba como cierta, hacía quedar automáticamente a las cientos de extracciones norteamericanas como torpes, es decir, se provocaba el efecto autodiscriminatorio inverso al de desdeñar el hallazgo soviético, lo cual era inadmisible en el marco de la guerra fría.
b) La noticia de haber encontrado agua de los rusos era una mentira tendenciosa dada a conocer precisamente para humillar a la NASA
c) La NASA sí había encontrado pruebas de agua en la Luna pero lo ocultaba, en busca de continuar supuestas investigaciones para conseguir fondos que iban a los bolsillos de los conspiradores o tal vez por otras razones más oscuras y retorcidas que nos excusamos de analizar en este artículo.
Y en el medio de todas estas herejías, ¿dónde queda la verdad empírica y científica?
En 2006 los científicos decían que el contenido del agua en la Luna debía ser considerado de una parte por billón.
Seis años después, reconocen haber subestimado la cantidad de agua lunar, y ahora la han fijado por encima de una parte por millón, lo cual deja tan cercano a la realidad como humildemente correcto el hallazgo de la sonda rusa, y 36 años de mentiras basadas en conveniencias.
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