Doscientas toneladas de pescado que luego aparecieron también en otras localidades vecinas, han generado hediondos e insoportables olores, a punto tal de llevar la situación al extremo de tener que cerrar el puerto para intentar deshacerse de la gigantesca pila de cadáveres que además continúan llegando.
Aunque las autoridades simulen perplejidad, en este caso la explicación, a diferencia de otros fenómenos de mortandad masiva que se dan en el resto del planeta y resultan imposibles de entender, es bastante obvia: radiación nuclear, consecuencia del vertido periódico, a veces solapado pero generalmente oficialmente autorizado por el propio gobierno japonés, que realiza la compañía administradora de la central nucelar siniestrada de Fukushima, TEPCO.
El Mar de Japón está siendo literalmente asesinado de una manera que genera un mayor hediondo olor a podrido que 200 toneladas de sardinas.
El Mar de Japón está siendo literalmente asesinado de una manera que genera un mayor hediondo olor a podrido que 200 toneladas de sardinas.
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