Integrado por equipos de científicos de internacionales, se llevó a cabo, a un costo de casi un millón de dólares, la primer perforación científica en el permafrost (superficie congelada permanente) del Mar de Láptev, en el Ártico, a bordo del buque de investigación académico ruso Lavréntiev utilizando por primera vez la tecnología de sondeo electromagnético.
Las conclusiones del estudio confirmaron la catastrófica noticia de que el hielo submarino ha comenzado a deshacerse, lo cual conducirá a un brusco aumento de la fusión de emisiones de metano ( que ya había sido advertido en anteriores estudios superficiales y ahora se confirmó con la ayuda de robots especiales ), la intensificación del efecto invernadero y cambios climáticos desastrosos.
Según informó el académico ruso Valentín Serguienko, se descubrió por primera vez en una plataforma poco profunda de la Siberia Oriental unos surcos de muchos kilómetros que sueltan poderosas corrientes de metano, y a una profundidad de 100 metros se hallaron campos enteros de estas ‘fuentes’ de gas ( debajo de la congelación submarina perpetua se encuentran enormes volúmenes de gas ).
Serguienko explicó que el hielo submarino encierra miles de gigatoneladas de hidratos de metano, y el contacto con la atmósfera de sólo el 5% de estas reservas podría provocar una mega catástrofe atmosférica.
Como el 80% de la congelación submarina se sitúan en la plataforma de Siberia Oriental y este territorio posee una alta actividad sísmica, el riesgo aumenta considerablemente.
Además, en zonas de alta actividad tectónica y sísmica, los científicos lograron identificar áreas concretas con altos niveles de emisiones de metano, que es 70 veces más nocivo para el medio ambiento que el CO2.
Como ya se había advertido en anteriores investigaciones, la actual concentración de metano en la atmosfera encima del Ártico es tres veces más elevada que los niveles habituales para este periodo y la más grande de los últimos 400.000 años.
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