¡ERA UNA MÁQUINA SEXUAL! ( LITERALMENTE )
Para Ian Yeoman y Michelle Marte, de la Escuela de Victoria, en Wellington, Nueva Zelanda, el futuro de la prostitución está en la robótica.
Como imágen emblemática, imaginaron el famoso Barrio Rojo de Ámsterdam atendido por cientos de rubias y morochas con ropa sexy y escasa ofreciendo servicios sexuales robóticos completos y ayudando a la vez a detener la propagación de enfermedades de transmisión sexual al estar confeccionados con fibras resistentes a las bacterias, y colaborar además con la disminución de la trata de personas.
Dioses y diosas de diferentes grupos étnicos, contexturas corporales, edades y características sexuales podrían estar en servicio para 2050 según proponen estos neozelandeses, que consideran que al no existir explotación de personas la prostitución podría ganar un nuevo nivel de respetabilidad.
En la ficción, ya muchas películas, libros y temas musicales han abordado la posibilidad de recrearse con un "amor mecánico", mientras en la realidad robots como "F Geminoid" o CeBIT han demostrado que la tecnología no está tan lejos de convertirlo en realidad.
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