Los investigadores esperan convertir las naranjas corrientes en naranjas rojas cuyo pigmento característico se considera beneficioso para la salud y la lucha contra la obesidad, control de la diabetes y las enfermedades cardíacas ( una copa diaria con el desayuno reduce los efectos nocivos de la grasa de las frituras y experimentos con ratones realizados en 2010 demostraron que los protegían de dietas altas en grasas ).
Los científicos que escriben en la revista Plant Cell informan que han identificado el gen 'ruby' que hace la diferencia en esta variedad de naranjas y su pigmentación ( antocianinas ) y cómo activarlo en las variedades comunes.
Actualmente, el único lugar fiable para cultivar a escala comercial esta variedad de naranjas es el monte Etna en Sicilia, Italia, y como consecuencia de ello se trata de una naranja muy escasa y cara.
A través de la ingeniería genética, esto podría cambiar y hacer posible su cultivo en lugares hoy considerados inviables, como Sudamérica o Norteamérica.
Un estudio reciente realizado en humanos por la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Campobasso, Italia, pidió a los voluntarios tomar un delicioso desayuno con frituras y ricos en grasas saturadas, acompañándolo con medio litro de jugo de naranjas rojas en un grupo de prueba y en el otro nó, presentando el primero tres horas después un menor riesgo de coagulación de la sangre, y posteriormente la rigidez arterial y los niveles de grasas perjudiciales de triglicéridos más reducidos que en el grupo que no bebió el cítrico.
En Valencia, España ya se está cultivando un lote de prueba de naranjas rojas genéticamente modificadas.
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