HIDROGELES QUE SE AUTOREPARAN
Uno de los santos griales de la ciencia es lograr imitar sobre materiales sintéticos la capacidad de curarse y autorepararse que tiene la biología, hazaña que los bioingenieros de la Universidad de California han logrado con un hidrogel que podría constituír una verdadera bisagra científica.
Los hidrogeles son semi-sólidos hechos de cadenas de moléculas de polímeros hidrofílicos, cualidad que los hace muy similares a los tejidos naturales, ya que, debido a su alto contenido en agua, tienden a imitar a la flexibilidad y otras cualidades texturales de los medios biológicos, razón por la cual se utilizan muy frecuentemente en aplicaciones médicas, aunque nunca se había podido lograr su autoreparación en caso de cortes o desgarros.
Pero esto era antes de que el equipo de la UCSD hallara que la clave para la autoreparación era crearles un medio en el cual las cadenas de polímero que se han cortado se puedan encontrar y pegarse entre sí.
A este fin, crearon un mecanismo “colgado” de la cadena lateral molecular, una especie de estructura de la cual una cadena dañada pueda agarrarse.
Las simulaciones por ordenador encontraron que la longitud de estas cadenas laterales colgantes jugaban un papel crucial en la capacidad de auto-sanación, y que mediante la optimización de esta longitud se podría hacer un hidrogel con una capacidad sorprendentemente fuerte de auto-reparación, cuya resistencia también podía ser mejorada una vez establecida la unión manipulando el nivel de PH de la solución circundante ( cuanto más bajo, más fuerte ).
Esta característica se vuelve ideal en aplicaciones donde el ácido está presente, como las suturas estomacales o los revestimientos de protección para los recipientes que contienen materiales cáusticos.
Pero para otras aplicaciones en las cuales esto no sea conveniente, los bioingenieros esperan crear una variedad de hidrogeles que se fusionen en diferentes valores de pH, y así ampliar sus aplicaciones para entornos no necesariamente ácidos.
Estos hidrogeles podrían dar lugar a toda una nueva generación de plásticos y otros materiales sintéticos auto-reparables al igual que el cuerpo humano.
BALLESTA DE MANO
El técnico alemán Patrick Priebe, constructor de armas y otros artilugios láser futuristas, construyó esta ballesta de aluminio, acero, cobre y fibra de carbono, que se ajusta perfectamente a la palma de la mano.
Potente, precisa y de rápida recarga es la ballesta más pequeña del mundo y la única que puede dispararse con una sola mano.
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