El buque portacontenedores MV Rena ( afortunadamente, nó es un petrolero ) de bandera liberiana propiedad de una compañía griega que encalló inexplicablemente el miércoles en un
arrecife perfectamente señalizado en la cartografía mientras navegaba en aguas tranquilas a unos 14 kilómetros del puerto de Tauranga, en Nueva Zelanda, ha comenzado a liberar preocupantes cantidades de negro y espeso aceite ( unas 30 toneladas )
unos cinco kilómetros a la redonda, mientras las autoridades llevan a cabo una carrera contra el tiempo y contra las inclemencias climáticas para tratar de salvar las costas de un desastre ambiental, debido a la cercanía del barco con las prístinas playas neozelandesas.
Ayer se lograron extraer unas 1.700 toneladas métricas ( unos 10.700 barriles ) de petróleo de la nave siniestrada pero hoy dicha extracción debió ser momentáneamente suspendida debido a las severas condiciones del tiempo ( el buque aún lleva a bordo unas 200 toneladas de aceite combustible ).
Ya fueron detectadas manchas del negro aceite a lo largo de la playa neozelandesa de Monte Maunganui, uno de los sitios preferidos por los surfistas, ubicada unos 160 kilómetros al sureste de Auckland,
las cuales fueron quitadas por un equipo de limpieza, quienes también están encargándose de varios ejemplares de la vida silvestre que se vieron tristemente cubiertos de petróleo.
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