A pesar de Lord Kelvin, quien determinó que nada puede ser más frío que el cero absoluto (-273°C), pues es cuando los átomos están en reposo y dejan de generar calor, un equipo de investigadores de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich Alemania liderado por Ulrich Schneider desarrolló un método para alcanzar temperaturas negativas ( es decir, menores que cero ) con la ayuda de un gas cuántico ultrafrío hecho de átomos de potasio.
Utilizando lásers y campos magnéticos para mantener a los átomos fijos a una red y evitar que se repelan como ocurre cuando la temperatura es positiva, ajustando velozmente el magnetismo lograron que se atraigan antes de repelerse y de este modo cambien de su estado más bajo y estable al estado energético más alto posible antes de que puedan reaccionar.
El equipo ajustó los lásers para evitar que el reajuste sea inestable y cause el colapso de los átomos, y lograron que el gas tenga unas billonésimas de Kelvin por debajo del cero absoluto.
El desarrollo de esta técnica podría originar la creación de nuevas formas de materia cuyos átomos puedan desafiar incluso la gravedad o imitar el comportamiento de la "energía oscura" que expande el Universo por sobre la fuerza de gravedad.
El resultado fue publicado por la revista Nature.
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