En unas declaraciones que pretendieron ser en broma pero que denotaron una fuerte irresponsabilidad al tener peso oficial, la primera ministra australiana, Julia Guillard, confirmó en un discurso grabado la llegada del fin del mundo, a la vez que prometió proteger a los australianos.
"Mis queridos sobrevivientes australianos: independientemente de que llegue el fin del mundo por causa de zombies feroces, demonios o el triunfo total de K-Pop, tienen que saber una cosa: lucharé por ustedes hasta el mismo final” declaró seriamente con la bandera nacional de fondo, y agregó:
El fin del mundo no llegó ni en 2000, ni después de que mi Gobierno implantara el gravamen sobre el carbono, pero ahora está cerca. Por lo menos ya no tendré que participar una vez más en Q&A" ( un programa televisivo australiano ).
Si bien en una rueda periodística posterior, la funcionaria confirmó que se trataba de una broma ( "los australianos pueden reírse de vez en cuando" dijo ), sus declaraciones provocaron indignación, ya que no se puede utilizar la cadena pública para hacer una declaración oficial semejante, y hay que tener en cuenta que la madurez intelectual propia no es vara de medida global.
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