Mao Sugiyama, un hombre de 23 años que cocinò sus genitales y los sirvió a los comensales en un restaurante japonés, ha sido acusado de exhibicionismo.
Al acusado le habían extirpado quirúrgicamente su pene y sus testículos, habían sido certificados libres de infecciones, y congelados durante dos meses antes de ser servidos en un banquete en Suginami, una zona residencial en el oeste de Tokio.
Sugiyama cobró a los invitados alrededor de 250 dólares por persona para comer la comida, que fue adornada con setas y perejil.
La policía Metropolitana de Tokio (MPD) informó ahora que presentó cargos penales contra Sugiyama y otras tres personas que ayudaron a organizar el evento, pese a que legalmente Sugiyama, quien se describe como 'asexual' , no puede ser detenido por la cocina o venta de sus genitales ya que no hay ley en contra del canibalismo en Japón.
En cambio, los cargos dirigidos en su contra fueron por exposición indecente, pena que se castiga con hasta dos años de prisión y multas de hasta 32.000 dólares.
Mao comentó que inicialmente había considerado comerse su propio pene, pero finalmente decidió cocinarlo supervisado por un chef y servirlo a sus invitados, a quienes reclutó a través de Twitter, y que expresamente renunciaron por escrito a demandar a Mao si se enfermaban a causa de la comida.
Al acusado le habían extirpado quirúrgicamente su pene y sus testículos, habían sido certificados libres de infecciones, y congelados durante dos meses antes de ser servidos en un banquete en Suginami, una zona residencial en el oeste de Tokio.
La policía Metropolitana de Tokio (MPD) informó ahora que presentó cargos penales contra Sugiyama y otras tres personas que ayudaron a organizar el evento, pese a que legalmente Sugiyama, quien se describe como 'asexual' , no puede ser detenido por la cocina o venta de sus genitales ya que no hay ley en contra del canibalismo en Japón.
Mao comentó que inicialmente había considerado comerse su propio pene, pero finalmente decidió cocinarlo supervisado por un chef y servirlo a sus invitados, a quienes reclutó a través de Twitter, y que expresamente renunciaron por escrito a demandar a Mao si se enfermaban a causa de la comida.
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