La disputa sobre las islas, conocidas como Senkaku por Japón y Diaoyu por la China, ahora amenaza con dañar seriamente los lazos comerciales entre las dos mayores economías de Asia cuyas relaciones comerciales se encuentran en serio peligro.
Las tensiones recrudecieron luego de que Japón decidió la 'nacionalización' de las disputadas islas comprando algunas de ellas a un propietario privado japonés, con la intención de construír instalaciones en ellas.
Pekín envió barcos de patrulla al Mar Oriental como muestra de indignación por la compra de estas islas deshabitadas, que contienen potenciales reservas de gas y petróleo.
El secretario de Defensa de los EE.UU., Leon Panetta, instó a Beijing a asegurar la protección de ciudadanos y bienes japoneses, mientras manifestaba que apoyaría a las obligaciones del Tratado de Seguridad Japón, pero no tomaría partido en la disputa, instando a la calma y la moderación de ambas partes en la disputa sobre las islas.
Panetta advirtió que la actitud provocadora de ambos países podría terminar con una guerra, y llamó a rebajar las tensiones en el conflicto.
"Algún juicio erróneo de una u otra parte puede convertirse en violencia y derivar en un conflicto bélico"-afirmó el funcionario.
La disputa de vieja data recrudeció a partir del desembarco en las islas de un grupo de activistas procedentes de Hong Kong, que fueron deportados por Japón, originando unos días después otro desembarco, esta vez de nacionalistas japoneses.
Beijing advirtió que podría recurrir a represalias económicas si la disputa se encona.
China es el mayor socio comercial de Japón y Japón es el tercer socio en importancia para China.
Las tensiones recrudecieron luego de que Japón decidió la 'nacionalización' de las disputadas islas comprando algunas de ellas a un propietario privado japonés, con la intención de construír instalaciones en ellas.
Pekín envió barcos de patrulla al Mar Oriental como muestra de indignación por la compra de estas islas deshabitadas, que contienen potenciales reservas de gas y petróleo.
El secretario de Defensa de los EE.UU., Leon Panetta, instó a Beijing a asegurar la protección de ciudadanos y bienes japoneses, mientras manifestaba que apoyaría a las obligaciones del Tratado de Seguridad Japón, pero no tomaría partido en la disputa, instando a la calma y la moderación de ambas partes en la disputa sobre las islas.
Panetta advirtió que la actitud provocadora de ambos países podría terminar con una guerra, y llamó a rebajar las tensiones en el conflicto.
"Algún juicio erróneo de una u otra parte puede convertirse en violencia y derivar en un conflicto bélico"-afirmó el funcionario.
La disputa de vieja data recrudeció a partir del desembarco en las islas de un grupo de activistas procedentes de Hong Kong, que fueron deportados por Japón, originando unos días después otro desembarco, esta vez de nacionalistas japoneses.
Beijing advirtió que podría recurrir a represalias económicas si la disputa se encona.
China es el mayor socio comercial de Japón y Japón es el tercer socio en importancia para China.
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