Las torpes, incómodas, pesadas, antihigiénicas y en franca decadencia gafas que hasta ahora hacen posible la tecnología 3 D en las salas cinematográficas, podrían ser eliminadas definitivamente de la ecuación según una nueva investigación óptica desarrollada por un equipo de científicos de Corea del Sur, que se basa en la colocación de "persianas" en la propia pantalla.
Su nueva técnica, que se dio a conocer ayer, es más barata que la actual, utiliza un proyector menos voluminoso, y, según explica el investigador principal, Byoungho Lee, profesor de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional de Seúl: "Es un método que podría constituir un enfoque simple, compacto y rentable de producir cine en 3-D. Nuestros resultados confirman la viabilidad de nuestro enfoque".
La polarización es una de las propiedades fundamentales de la luz, y describe cómo las ondas lumínicas vibran en una dirección en particular ( hacia arriba y abajo, de lado a lado, etc.) y para crear efectos 3-D se utiliza luz linealmente pero polarizada circularmente.
En el engorroso método tradicional, dos proyectores dejan visualizar dos imágenes similares, que están ligeramente desplazadas, de manera simultánea en una sola pantalla, y cada proyector permite que sólo un estado de luz polarizada pase a través de su lente.
Poniéndose las gafas 3-D, cada ojo percibe solamente una de las imágenes de desplazamiento, provocando la creación de señales de profundidad que el cerebro interpreta como tres dimensiones.
El equipo coreano ha desarrollado una nueva forma de lograr lo mismo sin gafas al utilizar un proyector único contra una pantalla que posee los polarizadores unidos en tiras , al estilo de una persiana que se encarga de crear por sí misma el efecto 3D deteniendo el paso de la luz luego de que se ha reflejado en la pantalla.
Para bloquear la parte necesaria de la luz, los investigadores añadieron a la pantalla un revestimiento especial conocido como película de retardo de cuarto de onda.
Esta película cambia el estado de polarización de la luz por lo que ya no puede pasar a través de los polarizadores, y a medida que la luz pasa de nuevo a través o entre las pizarras de polarización, crea el efecto de desplazamiento, produciendo las señales de profundidad que dan un convincente efecto 3-D para el espectador, sin necesidad de gafas.
Si bien los resultados experimentales son prometedores, puede que pasen varios años hasta que esta tecnología puede utilizarse eficazmente en una sala de cine.
Poniéndose las gafas 3-D, cada ojo percibe solamente una de las imágenes de desplazamiento, provocando la creación de señales de profundidad que el cerebro interpreta como tres dimensiones.
Para bloquear la parte necesaria de la luz, los investigadores añadieron a la pantalla un revestimiento especial conocido como película de retardo de cuarto de onda.
Si bien los resultados experimentales son prometedores, puede que pasen varios años hasta que esta tecnología puede utilizarse eficazmente en una sala de cine.
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