lunes, 23 de julio de 2012

COMIDA CHATARRA: SOMOS LO QUE COMEMOS

SALCHICHAS
El plato tuvo su orígen en la ciudad de Frankfurt, Alemania, y eran simplemente salchichas de cerdo servidas en bollos y repartidos al público en forma gratuita durante las coronaciones imperiales.
De aquél plato, a las salchichas procesadas que comemos hoy día, no queda más que la tradición.
Actualmente, ni siquiera sortea con éxito el intento de definirlo como un alimento natural.
Existe evidencia científica de que la salchicha, al igual que toda carne procesada, puede aumentar el riesgo de cáncer de intestino.
Están elaboradas a partir de recortes de carne de cerdo, es decir las partes que sobran luego de extraer las chuletas, el tocino y el jamón.
Se muelen estos recortes hasta convertirlos en pasta, y se mezclan con agua, conservantes, aromas, colores y recortes de pollo.
Esta mezcla se lleva a cabo en grandes cubas de metal, donde, cuanto más barata se busque la salchicha final, menos carne de verdad contendrán, y además la que haya será en su mayoría ( 64% ) de pollo y nó de cerdo, que llega a sólo un 17%.
El resultado final de este amasijo no es considerado carne por las normas alimentarias y debe ser etiquetada como "carne mecánicmanete recuperada".
Respecto a su contenido en hidratos de carbono, pueden contener fécula de papa, harina de trigo o biszcocho mezclado con sal, para dar más volúmen al producto, y además ayudar a la aglomeración de todos sus ingredientes ( para lo cual también se agrega proteína de leche en polvo ), y disimular el desagradable sabor que tiene la carne recuperada mecánicamente.
Una sola salchicha de 35 gramos tiene un máximo de 0,6 gramos de sal aumentando los riesgos de presión arterial, obesidad, asma y cáncer de estómago, esto último acrecentado por su gran contenido de nitrito de sodio que es agregado para mantener a raya los microbios.
Como por ley, no es obligatorio declarar en los paquetes qué aromatizadores se utilizan en ellos, éstos son de los más variados, pudiendo utilizarse hierbas, especias, apio o ajo, pero algunas marcas utilizan glutamato monosódico para realzar el sabor, que también se utiliza en sopa, salsas y comidas chinas para llevar.
Este químico está acusado de provocar alergias, dolores de cabeza y deshidratación.
Otro producto que se aplica a la salchicha para que pierda su color rojo y acelere su proceso de curado es el ascorbato de sodio, una forma de vitamina C antioxidante y regulador de la acidez que en dósis bajas no causa ningún problema, pero cuando se consume en gran cantidad, puede provocar irritación de la piel.
HAMBURGUESAS
La carne chatarra, o "baba rosa" cubierta con hidróxido de amonio para matar bacterias en hamburguesas y sándwiches de pollo, ha sido una constante de las comidas rápidas, liderada por el emblemático Mc Donalds, quien además esconde varios ingredientes tóxicos dentro de sus alimentos.
El hidróxido de amonio es lo que vuelve comestibles a estos productos, tal es la condición original de los deshechos con los cuales se elaboran ( al igual que las salchichas ): se trata de recortes originalmente comercializados en comidas para perros, que son utilizados también en humanos.
Además, todo el proceso de cría de los animales que luego llegarán al plato del consumidor, es escabroso: se lo hace manera acelerada y artificial sometiéndolos a constantes inyecciones de químicos que aceleran ( y a la vez degradan ) los procesos de maduración y crecimiento ( los pollos de McDonalds, por ejemplo, son sobrealimentados de tal manera que engordan tanto que no pueden ponerse de pié ) y todos esos químicos son transferidos a quien los consume.
Las hamburguesas tienen casi la mitad de su peso en agua y están hechas principalmente con tendones, encías, lenguas, párpados, hocicos, rabos, e intestinos y son deficientes en cuanto a su contenido nutricional.

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