Uno de los principales problemas con los dispositivos integrados electrónicos es su falta de flexibilidad, inconveniente que los investigadores de la Escuela McCormick de Ingeniería de la Universidad de Northwestern han decidido eliminar, al desarrollar un nuevo material que puede estirarse hasta el 200 por ciento de su tamaño original.
Hasta ahora, el impedimento para lograr esta propiedad era la pérdida importante de conductividad, pero esto no ocurre con esta nueva banda electrónica tridimensional fabricada a partir de polímeros porosos, los cuales se llenan con metal líquido que puede ajustarse a cambios sustanciales de tamaño y forma, manteniendo así una conductividad fuerte.
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