Para construir un ordenador cuántico, los científicos primero tienen que construir un qubit de trabajo, o bit cuántico, que sea a la vez controlable y medible (algo que, por razones muy poco cuánticas, es bastante difícil).
Sin embargo, un grupo de físicos de Harvard han superado algunos obstáculos claves para lograr bits cuánticos capaces de mantener la información a temperatura ambiente durante casi dos segundos, una eternidad en el tiempo de coherencia cuántica.
La mayoría de los sistemas de computación cuántica en desarrollo hasta ahora se han basado en complejos sistemas de iones atrapados en trampas láser o átomos artificiales creados en el laboratorio y luego enfriados cerca del cero absoluto lo cual requiere muchos recursos y genera no menos limitaciones.
El equipo de Harvard ha batido el récord anterior para el tiempo de coherencia ( el tiempo que un sistema cuántico puede contener información que se pueda leer ) y lo ha hecho a temperatura ambiente, mediante la transformación de una característica que antes era considerada un defecto en un beneficio.
Trabajos anteriores habían aprovechado el spin cuántico de un átomo de nitrógeno vacío (NV) para crear un qubit, pero habían encontrado que los centros del NV no eran viables pues sus tiempos de coherencia eran demasiado breves ( una millonésima de segundo ) debido a la impureza en los cristales de diamantes de carbono -13 ( la mayoría de los átomos de un cristal de diamante son de carbono -12 pero éstos no poseen un espín cuántico ).
Los científicos de Harvard, con la ayuda de especialistas británicos en diamantes artificiales, crearon un diamente de carbono -12 en un 99,99 % y lo bombardearon con nitrógeno para crear un centro NV, es decir manipulando el sistema a la inversa, creando una codificacion cercana al del átomo de carbono -13, y gracias a la interaccion entre éste y el centro hicieron que el NV refleje el carbono -13 y consecuentemente midieron su estado mediante el control del NV.
La metodología de trabajo no es cuántica, pero es viable para medir un qubit a temperatura ambiente y como el resto de los problemas por delante son sólo técnicos, los investigadores no ven razones para poder extender el tiempo de coherencia hasta minutos e incluso horas.
Sin embargo, un grupo de físicos de Harvard han superado algunos obstáculos claves para lograr bits cuánticos capaces de mantener la información a temperatura ambiente durante casi dos segundos, una eternidad en el tiempo de coherencia cuántica.
La mayoría de los sistemas de computación cuántica en desarrollo hasta ahora se han basado en complejos sistemas de iones atrapados en trampas láser o átomos artificiales creados en el laboratorio y luego enfriados cerca del cero absoluto lo cual requiere muchos recursos y genera no menos limitaciones.
El equipo de Harvard ha batido el récord anterior para el tiempo de coherencia ( el tiempo que un sistema cuántico puede contener información que se pueda leer ) y lo ha hecho a temperatura ambiente, mediante la transformación de una característica que antes era considerada un defecto en un beneficio.
Trabajos anteriores habían aprovechado el spin cuántico de un átomo de nitrógeno vacío (NV) para crear un qubit, pero habían encontrado que los centros del NV no eran viables pues sus tiempos de coherencia eran demasiado breves ( una millonésima de segundo ) debido a la impureza en los cristales de diamantes de carbono -13 ( la mayoría de los átomos de un cristal de diamante son de carbono -12 pero éstos no poseen un espín cuántico ).
Los científicos de Harvard, con la ayuda de especialistas británicos en diamantes artificiales, crearon un diamente de carbono -12 en un 99,99 % y lo bombardearon con nitrógeno para crear un centro NV, es decir manipulando el sistema a la inversa, creando una codificacion cercana al del átomo de carbono -13, y gracias a la interaccion entre éste y el centro hicieron que el NV refleje el carbono -13 y consecuentemente midieron su estado mediante el control del NV.
La metodología de trabajo no es cuántica, pero es viable para medir un qubit a temperatura ambiente y como el resto de los problemas por delante son sólo técnicos, los investigadores no ven razones para poder extender el tiempo de coherencia hasta minutos e incluso horas.
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