El santo grial de la actividad agrícola es el rendimiento por hectárea y si bien esto ya se programa campo por campo, con ayuda de tractores autónomos equipados con GPS, David Dorhout pretende llevarlo planta por planta y semilla por semilla.
Y para que esto se haga posible, ha creado un robot hexápodo sembrador llamado Próspero que se encargue de la siembra, cuidado y cosecha ayudando a optimizar cada centímetro de un determinado cultivo.
Dorhout, que ha puesto en marcha su propia empresa, Dorhout I+D para perseguir esa visión, cree que un equipo completo de sus robots pueden revolucionar la historia de la agricultura, reemplazando las enormes máquinas actuales por ejércitos de pequeños robots inteligentes que trabajen independientemente y en conjunto a la vez, tomando decisiones planta por planta en lugar de campo por campo.
Este sistema podría reducir dramáticamente los residuos e incrementar los rendimientos por hectárea, y Próspero es el primer paso, construído sobre una plataforma off-the-shelf robótica llamada Boe-Bot con un microprocesador Parallax.
Puede moverse en cualquier dirección, comunicarse con otros robots, no requiere GPS o complejos algoritmos computados y si sus sensores detectan que no hay semilla plantada, cava un agujero con la profundidad óptima, deposita la semilla, la rocía con la cantidad justa de fertilizantes y nutrientes y luego marca el lugar con un disparo de pintura que otros robots pueden detectar en caso de caminar sobre la misma parcela.
Si encuentra un área muy plantada o con pocas semillas, advierte a sus semejantes, y de la misma manera puede manejarse para control de plagas y humedad del suelo, asegurando un control personalizado y un manejo absoluto desde la siembra hasta la cosecha.
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