Hasta ahora una incógnita orígen de múltiples especulaciones científicas, la muerte masiva de colonias de abejas en el mundo es un hecho empírico que ocurre como consecuencia del colapso del orden en las colonias.
Hasta allí había sido capaz la ciencia de analizar el fenómeno, pero ahora científicos de la Universidad de Sheffield en Gran Bretaña han descubierto un importante impacto que podría tener un ácaro parásito en las colmenas, al propagar en ellas un virus mortal mientras se alimenta de la hemolinfa o "sangre" de las abejas.
El equipo dirigido por Esteban Martin descubrió que el ácaro Varroa posee un virus que ha crecido exponencialmente en las colonias cuya cepa ( DWV ) ha desplazado mundialmente a las demás, y que deforma las alas de las abejas mielíferas en una proporción que oscila entre el 10 y el 100 por ciento.
Este hallazgo no descarta el análisis de otros factores que pueden intervenir en el colapso de las colonias como pesticidas, disminución de diversidad vegetal u hongos, pero apunta a la combinación del ácaro y el virus como principales culpables y debería servir para que los apicultores aumenten su combate contra el ácaro.
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