Esta noticia que está circulando fuertemente en internet merece a prióri un tajante comentario: cómo nos gusta vivir asustados.
Es cierto que esto es mayormente consecuencia de una manipulación ideológica histórica del poder dominante, en la certeza de que el hombre con miedo en lugar de exigir suplica, pero también es hora de reconocer cierta responsabilidad individual en cuanto a enfrentar con una actitud infantil e inmadura cada historia que favorezca la alimentación exagerada de los temores y nos coloque más cerca de ser unos esclavos estúpidos, instrumentos de voluntades e intereses ajenos.
Dicho esto, aclaremos que desde nuestro punto de vista la interpretación de supuestas profecías es un fraude intelectual.
La naturaleza humana hace que inventemos explicaciones para los hechos DESPUÉS de ocurridos los mismos, con lo que se nos hacen explicables y nos hacen confiar en haber domesticado la incertidumbre, pero esto no es más que una absoluta falacia mental, una distorsión retrospectiva.
Una vez que la mente habita una determinada visión del mundo, se tiende a considerar sólo los casos que demuestren que se está en lo cierto, cuando la realidad es que es imposible que existan las pruebas corroborativas.
Michel de Nostredame fue un hombre estudioso y notable en el sigo XVI que antes de morir escribió sus conocidas centurias ( "Las Verdaderas Centurias Astrológicas y Profecías" publicadas en 1555 ), en versos de cuartetos que él jamás presentó como un compendio de "predicciones para todos los tiempos futuros" como han tratado de catalogarlo sus admiradores.
De la misma manera, y por si quedase alguna duda al respecto, no existe en ninguno de sus escritos una fecha cronológica determinada que haga sospechar una intencionalidad tan gigantesca.
Sí es correcto el hecho de que escribió sus cuartetos crípticamente y en desorden, probablemente para evitar ser perseguido o incluso quemado en la hoguera por la asesina Inquisición católica.
Y precisamente debido a la ambiguedad generada por sus textos, es que ha sobrevivido las épocas y recibido un sinnúmero de interpretaciones eruditas, la mayoría reflejo de la patología distorsiva que hemos enumerado más arriba.
Nostradamus era un médico y consultor astrológico que mantenía contactos muy fluídos con místicos y magos, y en su obra, como cientos de gnósticos de la época, incluía la práctica de técnicas de predicción, pero siempre relacionados con los eventos de su época.
Probablemente muchas de ellas se referían crípticamente a simples profecías políticas o religiosas enmascaradas para no sufrir persecuciones, como por ejemplo decir:
"Los dueños del mundo quitarán el oxígeno a todo ser viviente para alimentarse con sus cadáveres" simplemente para profetizar, por traer un ejemplo contemporáneo, que los bancos europeos están en vísperas de implementar un corralito.
Además, la oscura técnica codificada que utilizó, presenta serias dificultades también para ser traducida, siendo un claro ejemplo que diversos autores han otorgado diferentes significados a los mismos cuartetos.
Ergo, estamos ante una situación muy similar a la falaz interpretación de las profecías mayas, por poner sólo un ejemplo emblemático actual sobre el cual ya nos hemos explayado extensamente.
EL TERREMOTO DEL 20 DE MAYO
Concretamente, una de las centurias de Nostradamus se ha interpretado como la predicción de un gran terremoto para el próximo 20 de mayo, y si bien no aclara de qué año, explica que ocurrirá cuando el Sol esté dentro de los 20 grados de la Constelación de Tauro, que corresponde según los mapas estelares del 2012, al 5 y 6 de junio, y nó al 20 de mayo.
Por lo tanto, esta diferencia ya de por sí desautorizaría cualquier corroboración, pero como nos gusta tanto asustarnos, igual continuamos otorgándole credibilidad argumentando que el mapa estelar actual está corrido varios grados con respecto al viejo y que ese puede ser el orígen de la inexactitud, y descartando ( porque sinó no podemos seguir asustándonos ) que el sol a 20 grados de Tauro puede ser este año o cualquier otro.
En definitiva, el 20 de mayo no habrá ningún terremoto ni el 5 y 6 de junio tampoco, y si los hay, no tendrá la más mínima relación con un libro que un médico escribió hace casi 500 años.
Es cierto que esto es mayormente consecuencia de una manipulación ideológica histórica del poder dominante, en la certeza de que el hombre con miedo en lugar de exigir suplica, pero también es hora de reconocer cierta responsabilidad individual en cuanto a enfrentar con una actitud infantil e inmadura cada historia que favorezca la alimentación exagerada de los temores y nos coloque más cerca de ser unos esclavos estúpidos, instrumentos de voluntades e intereses ajenos.
Dicho esto, aclaremos que desde nuestro punto de vista la interpretación de supuestas profecías es un fraude intelectual.
La naturaleza humana hace que inventemos explicaciones para los hechos DESPUÉS de ocurridos los mismos, con lo que se nos hacen explicables y nos hacen confiar en haber domesticado la incertidumbre, pero esto no es más que una absoluta falacia mental, una distorsión retrospectiva.
Una vez que la mente habita una determinada visión del mundo, se tiende a considerar sólo los casos que demuestren que se está en lo cierto, cuando la realidad es que es imposible que existan las pruebas corroborativas.
Michel de Nostredame fue un hombre estudioso y notable en el sigo XVI que antes de morir escribió sus conocidas centurias ( "Las Verdaderas Centurias Astrológicas y Profecías" publicadas en 1555 ), en versos de cuartetos que él jamás presentó como un compendio de "predicciones para todos los tiempos futuros" como han tratado de catalogarlo sus admiradores.
De la misma manera, y por si quedase alguna duda al respecto, no existe en ninguno de sus escritos una fecha cronológica determinada que haga sospechar una intencionalidad tan gigantesca.
Sí es correcto el hecho de que escribió sus cuartetos crípticamente y en desorden, probablemente para evitar ser perseguido o incluso quemado en la hoguera por la asesina Inquisición católica.
Y precisamente debido a la ambiguedad generada por sus textos, es que ha sobrevivido las épocas y recibido un sinnúmero de interpretaciones eruditas, la mayoría reflejo de la patología distorsiva que hemos enumerado más arriba.
Nostradamus era un médico y consultor astrológico que mantenía contactos muy fluídos con místicos y magos, y en su obra, como cientos de gnósticos de la época, incluía la práctica de técnicas de predicción, pero siempre relacionados con los eventos de su época.
Probablemente muchas de ellas se referían crípticamente a simples profecías políticas o religiosas enmascaradas para no sufrir persecuciones, como por ejemplo decir:
"Los dueños del mundo quitarán el oxígeno a todo ser viviente para alimentarse con sus cadáveres" simplemente para profetizar, por traer un ejemplo contemporáneo, que los bancos europeos están en vísperas de implementar un corralito.
Además, la oscura técnica codificada que utilizó, presenta serias dificultades también para ser traducida, siendo un claro ejemplo que diversos autores han otorgado diferentes significados a los mismos cuartetos.
Ergo, estamos ante una situación muy similar a la falaz interpretación de las profecías mayas, por poner sólo un ejemplo emblemático actual sobre el cual ya nos hemos explayado extensamente.
EL TERREMOTO DEL 20 DE MAYO
Concretamente, una de las centurias de Nostradamus se ha interpretado como la predicción de un gran terremoto para el próximo 20 de mayo, y si bien no aclara de qué año, explica que ocurrirá cuando el Sol esté dentro de los 20 grados de la Constelación de Tauro, que corresponde según los mapas estelares del 2012, al 5 y 6 de junio, y nó al 20 de mayo.
Por lo tanto, esta diferencia ya de por sí desautorizaría cualquier corroboración, pero como nos gusta tanto asustarnos, igual continuamos otorgándole credibilidad argumentando que el mapa estelar actual está corrido varios grados con respecto al viejo y que ese puede ser el orígen de la inexactitud, y descartando ( porque sinó no podemos seguir asustándonos ) que el sol a 20 grados de Tauro puede ser este año o cualquier otro.
En definitiva, el 20 de mayo no habrá ningún terremoto ni el 5 y 6 de junio tampoco, y si los hay, no tendrá la más mínima relación con un libro que un médico escribió hace casi 500 años.
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