Ya hemos hablado y opinado largamente y hasta el hartazgo sobre este increíble evento con las más insólitas reacciones ( o falta de ellas ) que hacen pensar seriamente en que algo muy, muy podrido está involucrado.
La catástrofe de la central nuclear de Fukushima, como hemos insistido tantas veces es una desastre EN CURSO, es decir, que el ser humano no tiene ni el más mínimo control sobre él, y nó debido a que sus proporciones hayan desbordado las capacidades humanas para hacerlo: Chernobyl - su antecedente más similar aunque mucho menos catastrófico - es un claro ejemplo de una rápida reacción humana y una solución en tiempos aceptables para contener los efectos más fulminantes.
Fukushima en cambio, no provocó reacción contenedora alguna: sólo mentiras y ocultamientos al principio, mezcladas con una atroz incompetencia para manejar el desastre, y luego, la nada absoluta.
Desde que el desastre comenzó, gobierno y administradora de la central nuclear lo único que han hecho es echar agua sobre los reactores siniestrados, que continúan expulsando dósis diarias de radiactividad por los aires, las napas subterráneas y el mar.
Ni noticias de construír un sarcófgago, o matar flora y fauna de los alrededores, como se hizo en Rusia para evitar la propagación radiactiva.
Absoluta inoperancia, resignación y brazos caídos.
Acciones completamente ausentes desde el primer momento y hasta hoy, permitiendo la contaminación inevitable de las napas subterráneas, la comida y las bebidas.
Entregados a la muerte lenta que saben inevitable con una resignación absolutamente impropia de la mentalidad del pueblo japonés, ante el silencio cómplice de los medios de comunicación masiva, que suelen rasgarse las vestiduras por muchísimo menos en otras circunstancias.
¿Qué ocurre en los pasillos subterráneos del poder con Fukushima?.
Un macabro misterio.
El público en general aún no ha tomado conciencia de lo anormal de esta situación, uno de los enigmas más oscuros de este nuevo siglo cuyo transfondo quizás jamás conoceremos.
Ahora, ha trascendido un informe de EUTimes.net en el cual se habla de que las autoridades japonesas están considerando un inminente derrumbe completo del reactor 4 de la central nuclear, lo cual liberaría contaminación radiactiva mucho peor que la actual que obviamente afectaría a todo el planeta, como ya lo está haciendo diariamente, pero en proporciones gigantescas.
Ya el informe elevado por la Comisión de Investigación Independiente sobre el accidente publicado en febrero pasado y reproducido por el periódico Mainichi Daily News, advertía que la planta Nª4 del reactor era el punto más frágil.
Este estudio se explayó claramente sobre el státus de desastre en curso de Fukushima Daiichi y sus peligros preexistentes y futuros, pero nadie se hizo eco de él en la prensa, que ha reaccionado con la misma exhasperante e ilógica inercia que las autoridades japonesas ante el desastre.
Ante el eventual colapso del reactor 4 seguido por la desintegración de las barras de combustible, el gobierno debería considerar la evacuación de 40 millones de japoneses hacia las islas del norte de Japón o ciudades abandonadas en China, Rusia u otros países que se avengan a refugiarlos.
Reiteramos nuestra visión del asunto: lo preocupante no es la magnitud del desastre, sinó la absoluta entrega e inercia de las autoridades ante el mismo: nadie hace absolutamente nada para contener un evento que podría significar la desaparición completa de una nación y perjudicar gravemente al resto del planeta.
¿Cuáles son las monstruosas razones que provocan esta resignación inconcebible?.
El portal web NaturalNews hizo un llamamiento a las Naciones Unidas (ONU) para organizar una Cumbre de Seguridad Nuclear para abordar el problema ante la inoperancia gubernamental nipona, pero ¿qué puede hacer la ONU más que evaluar ?.
El portal web NaturalNews hizo un llamamiento a las Naciones Unidas (ONU) para organizar una Cumbre de Seguridad Nuclear para abordar el problema ante la inoperancia gubernamental nipona, pero ¿qué puede hacer la ONU más que evaluar ?.
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