La erupción del volcán chileno Puyehué el año pasado dejó un manto de cenizas volcánicas esparcidas por varias ciudades de la Patagonia argentina, además de localidades chilenas.
Un grupo de científicos argentinos decidió entonces aprovechar las mismas como materia prima para fabricar ladrillos para la construcción de viviendas, mientras otros investigadores pertenecientes a la Universidad patagónica del Comahue, analizan la posibilidad de utilizarlo también como reemplazo parcial del cemento en las mezclas de construcción.
La Universidad Nacional de la provincia de Río Negro, a través del Programa de Emergencia Volcánica del sur argentino, es la coordinadora del "ladrillo volcánico", pensado para paliar la emergencia habitacional, que ha desarrollado bloques de fácil unión horizontal y vertical combinados con materiales aislantes y con espacios para cableado y caños.
Por su parte, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria analizaron que las cenizas, al ser altamente abrasivas, podrían actuar como un insecticida natural inorgánico sobre diversas especies presentes en el norte de la Patagonia argentina como tucuras, langostas verdes o chinches.
Un grupo de científicos argentinos decidió entonces aprovechar las mismas como materia prima para fabricar ladrillos para la construcción de viviendas, mientras otros investigadores pertenecientes a la Universidad patagónica del Comahue, analizan la posibilidad de utilizarlo también como reemplazo parcial del cemento en las mezclas de construcción.
La Universidad Nacional de la provincia de Río Negro, a través del Programa de Emergencia Volcánica del sur argentino, es la coordinadora del "ladrillo volcánico", pensado para paliar la emergencia habitacional, que ha desarrollado bloques de fácil unión horizontal y vertical combinados con materiales aislantes y con espacios para cableado y caños.
Por su parte, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria analizaron que las cenizas, al ser altamente abrasivas, podrían actuar como un insecticida natural inorgánico sobre diversas especies presentes en el norte de la Patagonia argentina como tucuras, langostas verdes o chinches.
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