Científicos del MIT, en colaboración con la Universidad de Pensylvania y la Universidad de Harvard anunciaron un proyecto de máquinas programables para imprimir, lo cual daría la oportunidad a todo el mundo de tener su propio robot, como por ejemplo el Kinko, que es un eficiente limpiaventanas, todos diagramados conforme a sus necesidades, según afirma la ingeniera y directora del proyecto Daniela Rus.
El proyecto daría sus frutos en 2017 pero mientras tanto el equipo presentó dos prototipos de autómatas para imprimir cuyo costo final estuvo alrededor de los 100 dólares y cuya construcción demandó unos 70 minutos: un robot con forma de insecto y otro con forma de pinza.
En cuanto a los costos finales de cada impresión, los tamaños estarán estandarizados para reducirlos en lo referente a hardware y software especiales, pero igualmente dependerán de las especificaciones requeridas por el cliente: cantidad, tipo de piezas y capacidades.
Se podrá elegir un robot de catálogo, personalizado conforme a las necesidades de cada usuario ( ayuda hogareña, enseñanza en escuelas, etc. ) e imprimirlo.
Los comandos podrán ser programados en computadora y transmitidos de forma inalámbrica, o incluso a través de comandos de voz.
El próximo paso es tratar de extender la durabilidad de estos robots, para que dejen de ser descartables una vez cumplido el objetivo para el que fueron programados, y desarrollar una API que facilite el diseño a medida y los algoritmos para el proceso de montaje.
En proyectos similares, ingenieros alemanes imprimieron una araña robot el año pasado con capacidades para evaluar derrames de productos químicos, mientras que en la Universidad Drexel, el paleontólogo Kenneth Lacovara y el ingeniero mecánico James Tangorra están tratando de crear un dinosaurio robótico completamente móvil con réplicas de huesos 3-D a escala de dinosaurios.
El proyecto daría sus frutos en 2017 pero mientras tanto el equipo presentó dos prototipos de autómatas para imprimir cuyo costo final estuvo alrededor de los 100 dólares y cuya construcción demandó unos 70 minutos: un robot con forma de insecto y otro con forma de pinza.
En cuanto a los costos finales de cada impresión, los tamaños estarán estandarizados para reducirlos en lo referente a hardware y software especiales, pero igualmente dependerán de las especificaciones requeridas por el cliente: cantidad, tipo de piezas y capacidades.
Se podrá elegir un robot de catálogo, personalizado conforme a las necesidades de cada usuario ( ayuda hogareña, enseñanza en escuelas, etc. ) e imprimirlo.
Los comandos podrán ser programados en computadora y transmitidos de forma inalámbrica, o incluso a través de comandos de voz.
El próximo paso es tratar de extender la durabilidad de estos robots, para que dejen de ser descartables una vez cumplido el objetivo para el que fueron programados, y desarrollar una API que facilite el diseño a medida y los algoritmos para el proceso de montaje.
En proyectos similares, ingenieros alemanes imprimieron una araña robot el año pasado con capacidades para evaluar derrames de productos químicos, mientras que en la Universidad Drexel, el paleontólogo Kenneth Lacovara y el ingeniero mecánico James Tangorra están tratando de crear un dinosaurio robótico completamente móvil con réplicas de huesos 3-D a escala de dinosaurios.
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