Hace no mucho tiempo, posteamos algunos de los peligros de consumir carne ( como también lo hemos hecho con los lácteos ), pero ahora se acaba de dar una paradoja que se lleva de perlas con nuestro Scorpionipsis Nº: 183 : "La afirmación de que los demás tienen el mismo problema es autoincriminatoria".
La controversia gira esta vez alrededor de la acusación sobre el tratamiento de limpieza cáustica realizada en la carne picada ( generalmente hecha con los mismos restos de carne destinadas a alimentos para mascotas ) tratándola con amoníaco, y llamada popularmente 'baba de color rosa'.
El amoníaco es utilizado normalmente como agente de limpieza y es altamente cáustico en su forma pura, y los cortes de carne vacuna son rociados con hidróxido de amonio ( amoníaco mezclado con agua ) para eliminar agentes patógenos como la salmonella y la E.Coli.
El paradojal contraataque del sector cárnico llegó por el lado menos pensado: se defendió revelando que el mismo producto se utiliza también ampliamente en el queso, en productos horneados y en el chocolate.
Ampliaron su insólita defensa explicando que se utiliza como agente de fermentación en productos horneados y como controlador de la acidez en el queso y, a veces, en el chocolate, lo cual efectivamente fue confirmado por varias emnpresas líderes en dichos rubros, aunque se negaron a especificar en cuáles productos utilizaban "pequeñas dósis de compuestos de amonio".
Obviamente, la intención de la industria de la carne en su defensa fue establecer la injusticia de un ataque a un producto tan seguro ( o inseguro! ) y saludable como lácteos y galletitas, pero no hizo más que ampliar la controversia, evidenciando que se utilizan dósis de amoníaco en enormes sectores que integran la cadena alimenticia industrializada, y colocando una vez más sobre el tapete la enorme cantidad de aditivios químicos que la industria coloca a los alimentos que llegan a la mesa del consumidor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario