Los científicos descubrieron accidentalmente que estos artrópodos son capaces de permanecer en una atmósfera inerte, incluso bajo influencia de un microscopio de haz de electrones.
Todo comenzó cuando se investigaba la garrapata Haemaphysalis, una variedad que paraliza a aves y mamíferos de casi todas las regiones del globo.
Mientras se realizaba un proceso de secado durante el experimento, las garrapatas se arrastraron por las tuberías donde reinaba el vacío y lograron sobrevivir, lo cual atrapó inmediatamente la curiosidad de los científicos, que ampliaron entonces las pruebas.
Las colocaron al vacío durante 30 minutos bajo el bombardeo de un potente haz de un microscopio electrónico y si bien las 20 garrapatas acusaron heridas, apenas fueron trasladadas a un ambiente con condiciones más aceptables, iniciaron una activa recuperación, logrando vivir durante 2 días más.
Todos los experimentos posteriores, en los cuales el haz de electrones incidía solamente en una parte de sus cuerpos, revelaron que el principal factor perjudicial no les resultaba el vacío, sino los efectos eléctricos.
Estos resultados se encargaron de demostrar que la estabilidad de muchos organismos primitivos en el vacío fue subestimada una vez más por la ciencia, quien, por enésima vez, equivocó sus conclusiones.
En agosto del 2008 el título de organismos más resistentes del mundo recayó en los tardígrados, artrópodos de 0,1 a 1,5 mm. de largo llamados comúnmente osos de agua, luego de sobrevivir algunos de ellos una experiencia en el espacio adonde fueron enviados en carácter experimental a bordo de un módulo espacial.
Ahora, la versión completa del estudio practicado a las garrapatas, las nuevas dueñas del podio fue publicada en la revista ‘PLoS ONE’, mientras que el resumen de los resultados del estudio apareció en la publicación ‘New Scientist’.
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