La tripulación de la Estación Espacial Internacional ( dos estadounidenses, tres rusos y un holandés ) tuvo que refugiarse inesperadamente y con urgencia en dos cápsulas de escape Soyuz al ser amenazada la ISS por los restos de un trozo de cohete ruso a la deriva que fue descubierto cuando ya era demasiado tarde para maniobrar y alejarse de la ruta de colisión.
La NASA, sin embargo, explicó más tarde ( cuando ya se sabía que los escombros habían pasado cerca pero no habían tocado la estación ) que los restos no estaban lo suficientemente cerca como para plantear una gran amenaza, pero quisieron tomar precauciones por si acaso.
Finalmente, la basura pasó a 32 kilómetros de la estación, y es la tercera vez en 12 años que ha habido una amenaza de basura espacial que no puede esquivarse a tiempo, aunque las maniobras de corrección y seguimiento en la ISS para evitar los millones de restos de cohetes, tanques de combustible, lanzaderas y todo tipo de basura espacial es constante.
En junio del año pasado, un pedazo de unos restos informes pasó a tan sólo 335 metros de la plataforma.
La basura espacial es un enorme problema que orbita la Tierra y hasta el momento absolutamente nadie ha movido un dedo para tratar de solucionarlo, limitándose todo a simples declaraciones de intenciones que terminan en estéticos proyectos futuristas que en la práctica jamás se convierten en realidad, al más puro estilo de la clásica promesa electoral utilizada en campañas políticas.
Si algún ser extraterrestre pasara cerca de nuestro planeta, instantáneamente tendría entonces el perfil de los seres “inteligentes” que lo pueblan ( ni siquiera necesitaría descender para investigar ) y lo descuidan, tratándolo como un baño público, sin importarles siquiera su propia seguridad, ya que estos trastos son una permanente y mortal espada de Damocles sobre sus cabezas.
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