El concept fue capaz de volar a velocidades supersónicas con la mitad de la resistencia que oponen los aviones supersónicos convencionales como el Concorde, que fue retirado de servicio luego de tres años y medio de ruidosas explosiones sónicas, altos costos de combustible y pasajes caros.
El diseño del MIT tiene dos alas, una encima de la otra, que cancelan las ondas de choque.
Llegaron a este modelo luego de evaluar la configuración del Biplano de Busemann, diseño presentado en 1950, pero resolviendo los problemas aerodinámicos que entonces evitaron su desarrollo, con el diseño de un nuevo tipo de ala suavizada ligeramente en sus superficies interiores que crean un canal más ancho a través del cual el aire puede fluír evitando la creación de las ondas de choque que crea la presión de aire cuando se alcanza la velocidad del sonido, o Mach 1.
Asimismo, su menor consumo de combustible ( casi la mitad ) crea un beneficioso efecto dominó: menos combustible requiere menor estructura para llevarlo, y esto genera dos grandes reducciones de peso que puede traducirse en una mayor velocidad y maniobrabilidad.
Este revolucionario modelo puede hacer renacer la tecnología del biplano que había queado en el olvido luego de la Segunda Guerra Mundial.
El siguiente paso del equipo será diseñar un modelo en tres dimensiones para tener en cuenta otros factores que afectan el vuelo.
Investigadores japoneses, paralelamente a los estudios del MIT, han logrado avances en el diseño de otro "Biplano de Busemann" pero a través de piezas que cambian de forma en pleno vuelo para alcanzar velocidades supersónicas.
El diseño del MIT tiene dos alas, una encima de la otra, que cancelan las ondas de choque.
Llegaron a este modelo luego de evaluar la configuración del Biplano de Busemann, diseño presentado en 1950, pero resolviendo los problemas aerodinámicos que entonces evitaron su desarrollo, con el diseño de un nuevo tipo de ala suavizada ligeramente en sus superficies interiores que crean un canal más ancho a través del cual el aire puede fluír evitando la creación de las ondas de choque que crea la presión de aire cuando se alcanza la velocidad del sonido, o Mach 1.
Asimismo, su menor consumo de combustible ( casi la mitad ) crea un beneficioso efecto dominó: menos combustible requiere menor estructura para llevarlo, y esto genera dos grandes reducciones de peso que puede traducirse en una mayor velocidad y maniobrabilidad.
Este revolucionario modelo puede hacer renacer la tecnología del biplano que había queado en el olvido luego de la Segunda Guerra Mundial.
El siguiente paso del equipo será diseñar un modelo en tres dimensiones para tener en cuenta otros factores que afectan el vuelo.
Investigadores japoneses, paralelamente a los estudios del MIT, han logrado avances en el diseño de otro "Biplano de Busemann" pero a través de piezas que cambian de forma en pleno vuelo para alcanzar velocidades supersónicas.
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